La nueva Ley 17/2022 de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, publicada recientemente en el BOE, introduce varias modificaciones. Entre estas, dos tienen como protagonista a la normalización técnica o estandarización. Se trata de la primera vez que una legislación española sobre estos temas recoge explícitamente la conexión entre el desarrollo de estándares, la investigación y la innovación. Esto alinea a España con la reciente Política de Valorización del Conocimiento de la Unión Europea (2021), y nos pone a la vanguardia de los países europeos en este aspecto.
El nuevo apartado 36 quinquies de la Ley, reconoce que el desarrollo de normas técnicas o estándares es un canal de transferencia de conocimiento, al mismo nivel que la comercialización de patentes, la participación en entidades basadas en el conocimiento o la creación de empresas “spin-off”, los contratos de consultoría o asistencia técnica, y otros mecanismos de colaboración entre agentes o de divulgación y comunicación de los resultados de la investigación. Además, lo considera como un concepto evaluable a efectos retributivos y de promoción del personal investigador, de forma que se considere en los procesos de selección y promoción y de asignación de recursos junto a los méritos investigadores.
Esto supone un impulso importante para que nuevos conocimientos, tecnologías, productos y servicios sean conscientes de los beneficios que les aporta la normalización y tengan recursos para participar en ella.
La segunda referencia se establece en el modificado apartado 1 del artículo 33, por el que los agentes de financiación del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación impulsarán la participación de los agentes públicos de investigación e innovación para estimular la generación del conocimiento y su transferencia, incluyendo medidas para la utilización de los resultados de la I+D+i en normalización técnica (estandarización).
Esto, que ya tenía como importantes precedentes los programas europeos Horizonte 2020 y Horizonte Europa, se abre ahora también a nivel nacional, facilitando que los resultados de la investigación e innovación se valoricen a nivel industrial y comercial mediante la generación de nuevos estándares que faciliten y promuevan su utilización.
La reforma de la ley recoge el papel de la I+D+i como principal instrumento frente a los retos globales a los que se enfrenta la sociedad, ligando las lecciones aprendidas de la pandemia COVID-19, las necesidades del Plan Estatal de Recuperación, Transformación y Resiliencia o el cumplimiento de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Para ello, aparte de mejoras administrativas y laborales, asigna un papel preponderante a la transferencia y valorización de los resultados de la investigación, algo crucial para que estos impacten de forma efectiva en la sociedad. Y ahí es precisamente donde radica el papel de la normalización técnica, cuyo motor en España es UNE.