Un año después de la publicación del primer estándar sobre empoderamiento económico de las mujeres, el IWA 34 de emprendimiento femenino, el balance es esperanzador: numerosos países lo han adoptado en sus catálogos y nuevos proyectos de normas ISO sobre igualdad de género han visto la luz.
El International Workshop Agreement (IWA) 34 Emprendimiento femenino. Definiciones clave y criterios generales ha supuesto un antes y un después en la normalización en materia de igualdad de género. Se podría decir que es la punta del iceberg de todo un proceso de transformación que llevaba en marcha tiempo, plasmado ya en el Plan de Acción de Género de ISO (2019-2021); y visibilizado recientemente a través de la creación de nuevos comités para la promoción e implementación de la igualdad de género (ISO/PC 337) y para productos menstruales (ISO/TC 338).
Los estándares son establecidos por aquellos que participan en su desarrollo. A través de numerosas encuestas se ha confirmado que la participación de los hombres duplica la de las mujeres en los comités técnicos de normalización e incluso la triplica cuando se trata de posiciones de liderazgo. Y ello es así en los comités de todos los sectores de actividad, sin excepción. Aplicando la premisa inicial, la consecuencia que aflora es que las normas no son neutrales en materia de género. La diversidad y la inclusividad son elementos esenciales en el desarrollo de las normas y es por ello que ISO aspira, a través de la implementación de su nuevo plan de acción para la igualdad de género 2022-2025, a conseguir que las mujeres equiparen su contribución a la normalización para 2030. Pero por sí solo, el equilibrio en la participación no necesaria y automáticamente conduce a la elaboración de normas neutrales. Para incorporar la perspectiva de género en las normas y en su propia organización, ISO ha puesto en marcha un ambicioso programa de acciones, facilitando checklists, diseñando metodologías y brindando formación.
Gracias a este estándar, las organizaciones manejarán los mismos conceptos en relación con las empresas propiedad de mujeres, las empresas dirigidas por mujeres, las cooperativas dirigidas por mujeres o las compañías informales dirigidas por mujeres
En el contexto empresarial y económico, el IWA 34 ha supuesto una verdadera herramienta para armonizar términos y allanar el camino de las mujeres emprendedoras. En efecto, ¿cómo categorizar, medir y evaluar la participación de las mujeres en los negocios si no compartimos los mismos conceptos, si no utilizamos los mismos parámetros? Este workshop internacional ha sido el foro que ha hecho posible consensuar definiciones claras y universalmente acordadas de términos como empresas propiedad de mujeres o dirigidas por mujeres, fomentando de este modo la conformación de un mismo lenguaje. Esta terminología común es clave para proceder a una toma de datos desglosados por sexos, que permita generar evidencias, así como un análisis certero y univoco de la realidad, y su comparación con otros datos en el tiempo y en el espacio. Y lo que es más importante, que permita orientar los esfuerzos y la formulación de políticas y estrategias en apoyo del emprendimiento femenino, allí donde sean necesarios.
El IWA 34, concebido como un taller de trabajo (antesala de lo que podría convertirse en un futuro en una norma internacional), ha sido liderado en el seno de ISO por el Centro de Comercio Internacional (ITC por sus siglas en inglés). Se trata de un organismo internacional, impulsado de manera conjunta por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), que persigue acelerar el crecimiento económico de países en vías de desarrollo fortaleciendo la competitividad de sus negocios en los mercados globales, en paralelo a la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU. En su elaboración, coordinada por el organismo de normalización sueco (SIS), han contribuido más de 300 expertos de más de 70 países, entre ellos España, que se han unido para borrar ambigüedades, diluir matices y establecer un conjunto de definiciones comunes en materia de emprendimiento femenino.
El IWA 34 también proporciona criterios de evaluación, que son independientes del contexto regional, nivel de educación o sector de actividad y que cimientan el entendimiento común sobre aspectos como la determinación de la propiedad, criterios sobre gestión, control e independencia.
El UNE-IWA 34 contribuye al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU
Los términos, consensuados en inglés, dejaban en evidencia un último obstáculo, el idioma; y la comunidad hispanohablante de ISO no iba a permitir que esta barrera empañase el éxito logrado por el consenso internacional. Liderados por UNE, a través del Spanish Translation Management Group (STMG), 17 países cuyo idioma es el español, acordaron la traducción oficial al español, produciendo de este modo una misma versión. Ello ha facilitado exponencialmente la adopción de dicho documento por parte de la mayoría de los países de Iberoamérica, favoreciendo su uso e implantación. España lo incorporó a su catálogo nacional en octubre de 2021, dotándolo de categoría de Norma UNE, corroborando de este modo su firme compromiso y apoyo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a través de las normas en general, y del ODS 5 a través de este documento en particular.
Gracias a este estándar, las organizaciones manejarán los mismos conceptos en relación con las empresas propiedad de mujeres, las empresas dirigidas por mujeres, las cooperativas dirigidas por mujeres o las compañías informales dirigidas por mujeres. Ello permitirá a su vez establecer las acciones pertinentes para paliar la brecha de género de manera más eficiente, reduciendo las barreras de entrada para las mujeres a las oportunidades de adquisiciones públicas y privadas, y aumentando su acceso a programas de formación, de incentivos y de certificación. El IWA 34 ha sido solo el primer paso de las muchas iniciativas de ISO para promover y apoyar el papel de la mujer en la sociedad a través de las normas técnicas y para reducir las desigualdades y promover un crecimiento económico justo e inclusivo.