Los buceadores deben ser conscientes del impacto ambiental en las actividades tanto de aprendizaje como de buceo. Minimizar activamente cualquier aspecto negativo, tanto potencial como real, debería estar implícito en estas actividades; por ello el aprendizaje tendría que fomentar la toma de conciencia hacia acciones positivas.
La nueva Norma UNE-EN ISO 21416 está destinada a buceadores y excursionistas de buceo con tubo; instructores de buceo y guías; centros de buceo, escuelas o clubes; operadores de barcos de buceo; organizaciones de enseñanza de buceo; tour operadores que ofrezcan vacaciones de buceo, u organismos gubernamentales y otros que busquen información sobre el buceo o el medio ambiente acuático.
Así, especifica los requisitos para los proveedores de servicios con respecto a las prácticas responsables para su prestación, ayudando a las partes interesadas a identificar y comparar proveedores que siguen las mejores prácticas medioambientales.
Elegir puntos de entrada y salida para minimizar el impacto en el medio ambiente; seleccionar sitios no sensibles si se prevé que los participantes puedan contactar con el fondo durante la actividad; o que los participantes no toquen los corales, no levanten sedimentos y no alimenten, toquen ni acosen a la vida acuática son algunos de los aspectos que deben tener en cuenta los proveedores de servicios de buceo recreativo según la Norma UNE-EN ISO 21416.
El Grupo Específico de Carácter Temporal GET 6 Servicios de buceo recreativo, de cuya secretaría se encarga la Asociación de Buceo Recreativo de España (ABRE), se ha encargado de elaborar esta norma.