La Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público promueve el uso de normas técnicas para definir las prescripciones técnicas particulares en los pliegos. Estas aportan objetividad, transparencia y apertura.
Daniel Massó
Jefe de Conocimiento y Educación
UNE
Acreditación, metrología y normalización son los tres pilares básicos de la Infraestructura de la Calidad. En este sentido, La Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público promueve el uso de normas técnicas para definir las prescipciones técnicas particulares en los pliegos.
Asimismo, promueve la incorporación de cláusulas sociales, aspectos ambientales y la calidad en relación con el precio. Los estándares facilitan la inclusión y valoración de estos aspectos, que son esenciales para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En definitiva, el buen uso de estándares en los pliegos aporta objetividad, transparencia y apertura, simplifica la redacción de los aspectos técnicos y facilita la consecución del ODS 16 Paz, justicia e instituciones y del ODS 17 Alianzas para lograr los Objetivos, así como de otros muchos dada su transversalidad.
Barreras y papel de UNE
Pese a la creciente relevancia de los estándares en el comercio y en la legislación, todavía son pocos los pliegos de contratación que citan normas técnicas. Las encuestas realizadas muestran que la barrera principal es la falta de conocimiento general del tema y la dificultad para identificar las normas aplicables.
El informe anual de supervisión de la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación (OIReScon), apunta en la misma dirección cuando señala la necesidad de aumentar la profesionalización como medio de mejorar la eficiencia de la contratación. Por su parte, la Comisión Europea ha elaborado un mapa de competencias, una de la cuales se refiere a especificaciones técnicas.
En este contexto, además de elaborar estándares, UNE aporta y difunde activamente su conocimiento, mediante publicaciones y acciones formativas, entre las que destacan las siguientes:
El uso de las normas en la contratación pública ayuda a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU
Alianzas y otras acciones
La cultura de UNE es de cooperación con otras entidades, con las que quiere dar nuevos pasos. El primero de ellos es generar conocimiento por dos vías:
- A través de nuestras alianzas con universidades fomentando estudios que profundicen en el uso de estándares en la contratación pública y respondan a preguntas como ¿cuánto se usan?, ¿en qué sectores?, ¿cómo se exigen?, ¿cuál es el impacto económico?, etc.
- Participando en redes de conocimiento como el INAP social, del Instituto Nacional de Administración Pública y la mencionada PECOP. En este entorno queremos entender mejor las dificultades de los profesionales de la contratación pública.
Por último, UNE tiene previstas varias acciones formativas en colaboración con los otros organismos de la infraestructura de la calidad (ENAC y CEM) y con distintas Administraciones públicas.
Una estrategia de contratación pública para salir de la crisis
Mª José Santiago
Presidenta
Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación
Ministerio de Hacienda
La situación ocasionada por la COVID-19, que ha impactado en todos los ámbitos económicos, hace necesario aprovechar el potencial de la contratación pública como herramienta en la construcción de una economía social de mercado competitiva, y convertirse en un instrumento esencial para salir de la crisis.
Para ello, deberíamos concienciarnos del empleo de la contratación pública de manera estratégica en aras de un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, potenciando el uso de criterios de calidad (incluida la mejor relación calidad-precio) distintos al precio más bajo o el mejor coste-efectividad. Es aquí donde las normas técnicas UNE tienen un papel crucial.
Es necesaria una coordinación entre las distintas Administraciones públicas para la elaboración de la Estrategia Nacional de Contratación, con el fin de lograr una mayor eficiencia en la obtención de bienes, servicios y suministros para el sector público. Para conseguirlo se debe realizar mediante la estimulación de la demanda, el adecuado uso de los criterios de adjudicación, la implantación de la contratación electrónica, y el empleo de la contratación en apoyo de políticas ambientales, sociales, de innovación, así como el fomento de acceso de las PYMES a la contratación.
La Oficina Independiente de Supervisión y Regulación de la Contratación en su Informe Anual de Supervisión de la Contratación Pública remitido a la Comisión Europea en diciembre de 2019, destacó la existencia de inercias y falta de adecuación entre la solvencia y clasificación y de los criterios de adjudicación con el objeto del contrato pudiendo afectar a la concurrencia y el acceso a las pymes.
Ahora, más que nunca, debería ponerse el acento en la fase previa de cualquier licitación; esto es, la planificación y preparación de las licitaciones, analizando las necesidades que hay que satisfacer y las posibilidades del mercado, y la evaluación cualitativa de las ofertas, apostando por la profesionalización de la contratación, necesaria para la reactivación de la actividad económica.