Observatorio de Vigilancia de Mercado: garantía para los consumidores

La puesta en el mercado de productos no conformes con la legislación tiene consecuencias muy negativas para los agentes económicos que operan en los mercados. Los incumplimientos producen graves riesgos de seguridad, funcionamiento y medioambientales y tienen un impacto muy negativo para el medio ambiente, las empresas y la ciudadanía.

La puesta en el mercado de un producto conlleva la obligación de llevar a cabo una correcta evaluación de la conformidad, que está asociada a la aplicación de normas técnicas y de la legislación sectorial correspondiente. UNE es el actor más idóneo para actuar porque la promoción y uso de las normas forma parte de su misión como asociación nacional de normalización.

El uso de las normas técnicas proporciona confianza en los mercados, impulsa la actividad industrial y constituye una garantía para los consumidores. Y, además, son herramientas muy útiles para la vigilancia de mercado porque sirven para comprobar si los productos son conformes con la legislación técnica que les aplica.

Muchos de los miembros de UNE llevamos tiempo trabajando para eliminar o, al menos, reducir el problema de la presencia de productos no conformes en el mercado. La entrada en vigor del Reglamento Europeo (UE) 2019/1020 de Vigilancia de Mercado y Conformidad de Productos nos ofrece una gran oportunidad para utilizar todos los recursos, públicos y privados, que tenemos a nuestro alcance.

• Por un lado, abordando los aspectos horizontales comunes a todos los sectores como son el comercio electrónico, la trazabilidad de productos, la colaboración público-privada, etc.
• Por otro lado, agrupando a los sectores con realidades y características similares para buscar líneas de trabajo en función de las necesidades sectoriales comunes.

La creación del Grupo de Productos Industriales para uso profesional responde a este segundo enfoque y busca abordar los problemas de los productos eléctricos, electrónicos y de construcción.

El OVM es ya un éxito porque ha conseguido aunar, en muy poco tiempo, a las principales asociaciones sectoriales españolas y a todos los organismos de las Administraciones estatales y autonómicas con responsabilidades en vigilancia de mercado.

Un importante pilar donde el OVM debe centrar una gran parte del trabajo es el artículo 9 sobre actividades conjuntas de vigilancia de mercado del Reglamento Europeo (UE) 2019/1020 de Vigilancia de Mercado y Conformidad de Productos, que promociona la cooperación entre las Autoridades de Vigilancia del Mercado y las organizaciones sectoriales que representan a operadores económicos.

Las Autoridades de Vigilancia de Mercado (AVM) son las únicas que pueden llevar a cabo actuaciones de control de productos, pero el reconocimiento explícito de la colaboración público-privada como una forma útil y eficaz de canalizar los recursos públicos y privados para mejorar la efectividad de las acciones de vigilancia de mercado (artículo 9) nos abre la puerta a explorar vías para trabajar conjuntamente. Es un gran desafío que nos permite hacer las cosas de forma distinta para ser más eficientes.

Las asociaciones sectoriales juegan un papel clave para movilizar y apoyar a las empresas tanto a la hora de dar a conocer las obligaciones legales como en el modo de gestionarlas, contribuyendo al cumplimiento de las obligaciones legales de los agentes económicos que representan.

Otra importante tarea que debe cubrir el OVM es convertirse en una fuente de información y difusión de las actuaciones de vigilancia de mercado que desarrollan las AVM y sus resultados. Y es que, en mi opinión, no se les da la suficiente visibilidad para que la ciudadanía y los sectores conozcan dichas actividades y su repercusión para la economía y la sociedad.

El OVM también debe servir para poner el foco en la venta on line, un campo dónde apenas ha habido control por parte de las AVM hasta la fecha. El Reglamento 2019/1020 dota a la Administración de las herramientas necesarias para aplicar acciones de vigilancia de mercado en la venta on line y establece obligaciones a las plataformas que venden productos/equipos destinados a los consumidores europeos. Obligaciones como exigir que siempre haya un operador económico; esto es, fabricante, importador, representante autorizado, prestador de servicios logísticos (plataformas on line o marketplaces) establecido en la UE responsable de las tareas que establece el artículo 4, como por ejemplo:

• Comprobar que se ha llevado a cabo la evaluación de la conformidad (declaración de conformidad, declaración de prestaciones, documentación técnica).
• Obligación de cooperar con las AVM.
• En cuanto a la trazabilidad, los datos del operador económico establecido en la UE deberán figurar en el producto o en su envase, en el paquete o en un documento de acompañamiento.

Necesitamos que se aumenten las acciones de vigilancia de mercado realizadas por las AVM, especialmente en venta on line. Los llamados free riders han actuado impunemente en el mercado digital hasta la fecha porque no perciben ningún riesgo de tener un control de los productos que ponen en el mercado.

Por último, es imprescindible concienciar a la sociedad de que este es un problema con impacto en nuestra seguridad, en el medio ambiente y en nuestra economía.