El CTN 319 se constituyó en 2017 con el objetivo de normalizar el sector de las algas y sus productos derivados. Este comité es la vía directa de influencia de los intereses del sector nacional en la elaboración de normas europeas clave para su competitividad. Actualmente, está trabajando en los primeros proyectos y la previsión es que el primer estándar se publique en 2020.
El incipiente sector de las algas presenta unas buenas perspectivas. Se estima que en la Unión Europea (UE) el sector de las algas genera unos 17.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, y un total de 560 empresas y 300 grupos de investigación generan una facturación directa de 1.500 millones de euros. España se encuentra entre los países europeos con mayor número de compañías productoras1.
El cultivo de macro y microalgas abarca distintas áreas: desde la actividad acuícola (en el caso de la producción de macroalgas), que pueden recolectarse en su forma salvaje o tras su cultivo en explotaciones controladas principalmente para la alimentación humana o animal; hasta la actividad industrial (en el caso de la producción de microalgas), que se realiza en fotobiorreactores o estanques abiertos con finalidades energéticas o para su transformación en productos alimenticios, cosméticos, farmacéuticos o agrícolas.
Las macroalgas juegan un papel importante en los ecosistemas litorales; ya no solo por su importancia medioambiental, sino por el impacto económico que supone su recolección y transformación en las poblaciones rurales y la industria transformadora local. En el caso de las microalgas, la apuesta de la UE por la biotecnología azul ha permitido la creación de nuevas líneas de investigación, así como la generación de puestos de trabajo.
Marco legislativo
Debido a la gran diversidad de aplicaciones que pueden tener las algas, la legislación aplicable en el sector varía en función de la finalidad del producto obtenido. Se puede destacar:
- Por su consideración de recurso marítimo la regulación para la explotación de macroalgas en el ámbito nacional es competencia autonómica. En el ámbito europeo, cabe destacar el Reglamento (CE) 710/2009 que establece las disposiciones para la producción ecológica de algas marinas.
- En el caso del empleo de algas para uso alimentario, según el Reglamento 2015/2283 relativo a los nuevos alimentos la gran mayoría se considerarían Novel Food, lo cual implica que su comercialización debe ir asociada a una autorización previa concedida por las autoridades competentes.
- La Directiva 2009/28/CE, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, establece una serie de metas energéticas fijadas por la UE, en la que el uso de biomasa procedente de algas supondrá, en el futuro una fuente de energía clave, en paralelo al avance en su desarrollo tecnológico e investigación.
Campo de actividad
El comité técnico CTN 319 se encarga de la normalización de la especificación, clasificación, terminología y de los métodos de identificación o determinación de las algas, de sus productos o extractos. También del desarrollo de guías sobre aplicaciones específicas de las algas como materia prima o como productos intermedios para la obtención de productos energéticos y no energéticos.
La estructura del comité se apoya en su plenario, donde participan cerca de 44 expertos pertenecientes a 21 entidades que representan a la Administración pública, empresas productoras y transformadoras de algas, empresas biotecnológicas, centros de investigación, representantes del sector energético y de materiales, universidades y sociedades científicas. Javier Cremades de la Universidade da Coruña ejerce la presidencia del comité, Juan Luis Gómez, del Banco Español de Algas, se encarga de la Vicepresidencia; la secretaría la desempeña UNE.
El CTN 319 centra su actividad en el seguimiento de las normas e informes técnicos que se están desarrollando dentro del Comité Europeo de Normalización, el CEN/TC 454 Algae and algae products, que se creó en respuesta a un mandato de normalización europeo. Actualmente está trabajando en las siguientes áreas: terminología, identificación, métodos de ensayo, procesado de algas y especificaciones para uso alimentario, piensos y para uso no alimentario (cosmético, farmacéutico, biodiesel, etc). Está previsto que el primer estándar europeo se publique en 2020, y posteriormente será adoptado en el ámbito nacional por UNE, el organismo español de normalización.
En la actualidad, los proyectos de futuras normas en curso más avanzados están estableciendo términos y definiciones de algas y sus productos, así como métodos de detección e identificación y métodos para la determinación de productividad de las instalaciones de cultivo de algas. Asimismo, se está trabajando ya en el desarrollo de especificaciones para los principales usos de algas y sus derivados: alimentación humana y animal, cosmética y farmacéutico.
1 Fuente: European Commission (2019). The EU Blue Economy Report. 2019. Publications Office of the European Union. Luxembourg.
CTN 319 Algas y productos derivados de algas
Fotografía: Gustavo Granero
Relaciones internacionales
Opinión
Normalización necesaria
Javier Cremades
Presidente
CTN 319
A pesar de su importancia, el sector de las algas y los productos derivados de ellas es quizá uno de los sectores productivos más desconocidos para el ciudadano. Esta falta de distintiva identidad tiene dos causas principales: la dificultad de concretar qué entendemos por alga y la gran variabilidad morfológica, biológica y versatilidad de usos que tienen los organismos que denominamos como tales y que, por tanto, requieren de múltiples metodologías para su caracterización. En estas palabras queda de manifiesto la especial necesidad de normalizar el sector de las algas y sus productos e, implícitamente, la dificultad de este cometido, sobre todo porque las algas, en su conjunto, son unos organismos que están sufriendo una verdadera revolución en su uso, hasta ahora bastante tradicional, hacia los más variados campos agropecuarios y biotecnológicos, muchos de ellos relacionados con la economía azul y circular. Aparte de la evidente necesidad de normalización queda también de manifiesto que la misma debe hacerse, desde un principio, en un contexto europeo, para evitar que esta ya de por sí difícil tarea no se atomice innecesariamente, lo que crearía muchos problemas en el futuro.
Desde un principio, en el CTN 319 que tengo el honor de presidir se han implicado un nutrido y creciente grupo de profesionales españoles procedentes tanto del ámbito académico como de la mayoría de los sectores industriales relacionados con las algas, y que están interactuando activamente con los distintos grupos de trabajo europeos. Es importante destacar que nuestro país, por su propia biodiversidad y relevancia en sectores como el agropecuario, biotecnológico o de las energías renovables, va a tener mucho que decir en el mundo de las algas y, por ello, es muy importante que colabore activamente en la normalización de su uso en la UE.