Con la mirada en lo que importa para la economía

Los economistas coinciden en que el comercio y el crecimiento económico están estrechamente relacionados. Sin embargo, para que el crecimiento se convierta en un desarrollo transformador, se necesita algo más. ¿Cuál es la importancia de las normas para facilitar el comercio?, ¿qué papel juega en el crecimiento de los países de ingresos bajos? Aquí ofrecemos un vistazo al comercio internacional.

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En detalle

ISO Focus
La revista de ISO, la Organización Internacional de Normalización, se llama ISOfocus y es bimestral. Aquí se reproducen algunos contenidos. ISOfocus incluye artículos, reportajes y entrevistas que muestran los beneficios de la aplicación de las normas internacionales. Bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.5 CH)
Andrea Barrios Villarreal

El comercio internacional es el intercambio de capital, productos y servicios entre dos o más países. Se dice que es internacional porque los productos cruzan las fronteras. Esto no es ninguna novedad. El comercio internacional ha existido a lo largo de la historia, por ejemplo, los intercambios comerciales entre el Imperio Romano y Egipto o la Ruta de la Seda.

 

No obstante, el sistema de comercio internacional tal y como lo conocemos empezó a desarrollarse después de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue usado como una herramienta para promover una paz duradera. Por primera vez, se establecieron reglas internacionales al respecto. Según el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, “el sistema de comercio de la posguerra nació de la visión de Cordell Hull, Secretario de Estado de los Estados Unidos durante la presidencia de Roosevelt. Fue quien vio los vínculos comerciales entre los países como una forma de promover la paz. Este sistema, con sus acuerdos y reglas multilaterales que limitan la acción unilateral, fue, desde el principio, una pieza fundamental de la Pax Americana”.

 

Como consecuencia, en 1947, 23 países adoptaron el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), que más tarde se convertiría en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Actualmente, la OMC cuenta con 164 miembros y 22 países han solicitado su adhesión.

Crecimiento del comercio mundial

El comercio se ha convertido en un componente importante del PIB de la mayoría de los países. Según el Banco Mundial, en 1962 el comercio representaba el 24 % del PIB mundial total. Esta cifra se ha más que duplicado, llegando a un 57 % en 2017. Para los países pequeños que no tienen grandes mercados nacionales, el comercio es especialmente importante, pero incluso para la mayor economía del mundo, los Estados Unidos, el comercio representa el 27 % de su PIB.

A pesar de esto, en los últimos años, el sistema de comercio internacional, así como la globalización en general, han sido cuestionados. Esto se debe a que los innegables efectos positivos que el comercio tiene en el crecimiento económico no siempre han sido acompañados por la redistribución de los ingresos y de una mayor igualdad, ni en los países desarrollados ni en aquellos en desarrollo. Sobre todo, para estos últimos, su creciente participación en el comercio internacional, incluyendo el comercio regional, no se ha traducido necesariamente en un desarrollo transformador.

 

Por ejemplo, de acuerdo con un informe del Banco Mundial, en 2018 Vietnam tuvo un crecimiento récord del PIB del 7,08 % y, a pesar de esto, nueve millones de vietnamitas siguen viviendo en la pobreza extrema. Es importante que la integración a los mercados internacionales esté acompañada de políticas nacionales en áreas como infraestructuras, igualdad de género, apoyo a las pequeñas y medianas empresas y programas sociales, como la educación y la salud. El comercio por sí solo no puede resolverlo todo.

Normas al rescate

Desde la década de 1970, los obstáculos técnicos al comercio (OTC), que incluyen reglamentos técnicos y normas, se han vuelto más visibles. Su efecto en los patrones del comercio internacional es indiscutible. El uso creciente de las medidas OTC puede verse en el número de notificaciones de dichas medidas a la OMC.

 

En 1995, año de entrada en vigor del Acuerdo OTC, se notificaron 364 nuevas medidas. En 2018, la cifra de nuevas medidas se disparó a 2.085. Este aumento puede explicarse por varios factores: la disminución en el uso de aranceles, estructuras empresariales cada vez más globalizadas, el incremento de la participación de mercados emergentes en los regímenes comerciales mundiales y la creciente importancia de las preocupaciones de los consumidores en asuntos como la sostenibilidad.

 

El informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), El impacto oculto de las medidas no arancelarias: Perspectivas desde una nueva base de datos, revela que las medidas OTC son las más empleadas en el comercio. Se imponen en una media del 40 % de líneas de productos, lo que cubre aproximadamente el 65 % de las importaciones mundiales.

 

Las normas pueden facilitar el comercio reduciendo los costos de transacción, en especial proporcionando información sobre los requisitos que el producto debe cumplir. Sin embargo, también pueden crear efectos negativos en el comercio cuando se desarrollan o se implementan de manera irresponsable. Una de las maneras en las que el Acuerdo OTC trata de disminuir estos efectos negativos es a través de la armonización. El Acuerdo OTC exige que las regulaciones técnicas y las normas de los miembros de la OMC se basen en normas internacionales, incluyendo las que ISO elabora. Además, los miembros de la OMC tienen la obligación de participar en los órganos internacionales de normalización, como ISO.

 

Como consecuencia de las reglas en el Acuerdo OTC, las normas internacionales, que se elaboran como documentos de carácter voluntario, pueden tener un carácter vinculante. Directamente, las normas internacionales imponen reglas a los países, dado que el Acuerdo OTC estipula su uso como base de los reglamentos técnicos y normas nacionales. De forma indirecta, las normas internacionales afectan al comercio y los mercados, pues determinan qué productos pueden comercializarse y de qué manera, además de impactar directamente en su variedad, calidad y seguridad.

El comercio se ha convertido en un importante componente del PIB de la mayoría de los países

El veredicto de los economistas

Los economistas han estudiado los efectos de las normas específicas de cada país y de las normas armonizadas en el comercio. Consideran que las normas nacionales en el sector manufacturero, incluso si no están armonizadas con los estándares internacionales, pueden promover el comercio. Esto se debe a que, aunque impongan costes de adaptación a los importadores, también les ofrecen información valiosa que, sin una norma nacional, sería muy costosa y lenta de conseguir. No obstante, el efecto es diferente en los sectores primarios, como la agricultura, donde los costes de adaptación superan a los beneficios del acceso a la información.

 

Las normas nacionales afectan de distinta manera a los países desarrollados que a los países en desarrollo. En general, las medidas OTC son más frecuentes en los productos que típicamente exportan los países en desarrollo, como los productos agrícolas y textiles. Los costes del cumplimiento, que están relacionados con los conocimientos técnicos, la infraestructura e incluso la legislación local, son en general más onerosos para los países en desarrollo.

 

A pesar de esto, existe un gran acuerdo entre los expertos en que tener una norma nacional es mejor que no tener nada. También hay pruebas sólidas de que la armonización con normas internacionales promueve el comercio internacional y que la armonización entre los países desarrollados abre más mercados a los países en desarrollo.

 

Un estudio sobre exportaciones textiles y de confección procedentes de 47 países subsaharianos y dirigidas a la UE, que entonces estaba compuesta por 15 miembros, señala que las normas de la UE no armonizadas con las normas ISO reducen las exportaciones provenientes de África, mientras que las armonizadas tienen efectos positivos en dichas exportaciones. Un estudio similar del Banco Mundial, Normas de productos, armonización y comercio: Pruebas del amplio margen, centrado en los sectores textil, de vestimenta y del calzado de 200 países que exportan a la UE, reveló que un aumento del 10 % en las normas armonizadas con ISO representaba un aumento del 0,2 % en la variedad de las importaciones. Este efecto se incrementa en un 50 % para los países de ingresos bajos.

En resumidas cuentas

Desde hace tiempo, el vínculo entre el comercio internacional y su integración en los mercados mundiales, que ha dado como resultado un crecimiento económico, es evidente. Sin embargo, el comercio por sí solo no es suficiente.

 

Como dijera Kofi Annan, ex Secretario General de la ONU, “la liberalización del comercio debe manejarse con cuidado como una parte de las estrategias integrales de desarrollo que comprenden la salud, la educación, el empoderamiento de las mujeres, el estado de derecho y otros muchos aspectos”.

 

Las normas internacionales contribuyen al crecimiento económico de dos maneras. En primer lugar, las normas internacionales promueven el comercio, específicamente las exportaciones de países en desarrollo. Por lo tanto, apoyan el desarrollo económico. En segundo lugar, e incluso más importante, son una herramienta para lograr un desarrollo sostenible, pues apoyan a los países a desarrollar políticas nacionales en temas como la salud, la igualdad de género y la protección del medio ambiente. Estas políticas nacionales son básicamente lo que transforma el crecimiento económico en un sólido desarrollo sostenible, haciendo de la Agenda Global 2030 una realidad.

El Acuerdo OTC

El Acuerdo OTC

En el Acuerdo OTC de la OMC establece las reglas para la preparación, adopción y aplicación de normas internacionales, reglamentos técnicos, normas nacionales y procedimientos de evaluación de la conformidad. Busca garantizar que estos no sean discriminatorios ni creen obstáculos innecesarios al comercio. Es importante mencionar que el Acuerdo deja espacio para que sus miembros puedan alcanzar objetivos de políticas públicas, como la protección del medio ambiente y la seguridad del consumidor. No obstante, en la búsqueda de dichos objetivos no se deben crear barreras innecesarias al comercio, por ejemplo, como cuando se sobre regula o se exigen certificaciones innecesarias. El Acuerdo también busca disminuir estos obstáculos al requerir la armonización con las normas internacionales y alentando a los miembros de la OMC a reconocer las normas y los reglamentos de los otros miembros a través de acuerdos de reconocimiento mutuo.

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