Nueva norma para medir el CO₂

Nuestras vidas transcurren la mayor parte del tiempo en espacios cerrados. Es por ello, que las condiciones ambientales de los mismos tienen un gran impacto en la salud, el bienestar y la productividad de las personas, así como en la continuidad de negocio de las organizaciones.

Este impacto estaba claro para las organizaciones y expertos del sector de la calidad ambiental en interiores. Sin embargo, la sociedad en general ha tomado conciencia de la vital importancia de cuidar el aire que respiramos con la pandemia de la COVID-19.

En el catálogo de UNE existen estándares para la mejora de la calidad ambiental de interiores y un órgano técnico de normalización para desarrollarlas a tal efecto: el comité UNE de Calidad ambiental en interiores (CTN 171).

Para completar este conjunto de normas, y teniendo en cuenta a UNE como referente en la producción de documentos normativos que aportan soluciones a los retos que se enfrenta la sociedad y la existencia del marco de normalización mencionado anteriormente, desde la Plataforma AIREAMOS se propuso el desarrollo de una norma UNE que pudiese proporcionar un procedimiento integral para la implantación, validación y auditoría de sistemas de medición en continuo de dióxido de carbono (CO₂).

Hay que tener en cuenta que la concentración de CO₂ en espacios con ocupación exclusivamente humana puede servir como indicador indirecto de la acumulación de bioefluentes (contaminación emitida por un ser humano), así como valor de referencia para ajustar adecuadamente la tasa de ventilación en cada momento. En este sentido, los sistemas de ventilación mecánica, como resultado de la aplicación de la futura norma, podrían alcanzar un funcionamiento más eficiente con el consiguiente ahorro energético que se puede obtener a través de esta buena gestión.

Asimismo, mediante el establecimiento de umbrales de CO₂, se pretende reducir tanto los efectos negativos de este gas en la salud, como su impacto del antes mencionado rendimiento cognitivo, lo que también redundaría en disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades aéreas por bioaerosoles. Esta nueva norma se aplicaría a edificios de uso colectivo, englobando en ellos los usos administrativos, comerciales, docentes y de pública concurrencia.

Como resultado de la gestión de la propuesta, se ha creado un grupo de trabajo liderado por el Proyecto AIREAMOS en el seno del CTN 171 y secretariado por la Federación de Empresas de Calidad Ambiental en Interiores (FEDECAI) en el que colaboran todas las partes interesadas de la cadena de valor relacionados con la misma. En particular, la Plataforma AIREAMOS, centros de investigación y universidades, plataformas ciudadanas, colegios profesionales de ingenieros, arquitectos y arquitectos técnicos, fabricantes de detectores de gases y de sistemas inmóticos, fabricantes de equipos de ventilación y climatización, instaladores, AAPP, empresas de consultoría y estudio de la calidad de aire interior, diseñadores y gestores de instalaciones y sindicatos.

La norma contribuirá a alcanzar las exigencias de calidad de aire interior establecidas en la reglamentación de aplicación en esta ámbito actual y sus evoluciones (Código Técnico de la Edificación- CTE, Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios-RITE, Legislación sobre seguridad y salud en los lugares de trabajo-RD 486/1997), aportando la información y requisitos adicionales que se consideran imprescindibles para asegurar un nivel de riesgo suficientemente bajo en interiores, en relación a la transmisión de enfermedades por vía respiratoria.

Asimismo, mediante la aplicación de la norma, se podrá monitorizar la ocupación de los diferentes recintos de manera que se pueda gestionar las diferentes tipologías de sistemas de ventilación.

La norma contemplará los requisitos que deben cumplir los equipos de medición, el proyecto para su implantación dependiendo de las tipologías y usos de los recintos, la gestión e información de los datos obtenidos, el establecimiento de umbrales de concentración de CO₂ para la calidad del aire y los procedimientos de auditoría de estas mediciones.

De forma más detallada, en cuanto a la medición en continuo de CO₂, la norma pretende considerar y desarrolla:

• Requisitos de fiabilidad que deben cumplir los medidores. Cómo resolver la necesidad de calibración periódica.
• Especificaciones en cuanto a visualización y transmisión remota de los datos.
• Definición de la localización y el número de sensores que deben instalarse en un cierto recinto en función de sus características.

En cuanto a la gestión y uso de las mediciones, hace referencia a la visualización in situ, el acceso a los datos por parte de agentes implicados y la transmisión y registro para la realización de auditorías.

En cuanto a los umbrales de concentración de CO₂ regula el establecimiento de umbrales por defecto y por uso de los espacios, umbrales teniendo en cuenta de la temporada de afección de enfermedades respiratoria, y los umbrales reglamentarios y niveles de riesgo en función de los umbrales.

Respecto a los procedimientos de auditoría de las mediciones y de las instalaciones, estos se deben aplicar por organizaciones independientes y sin conflictos de intereses con las entidades o empresas encargadas del diseño, realización o mantenimiento de la instalación de los equipos de medida y, por supuesto, de los responsables del espacio monitorizado.

Uno de los pilares del sistema nacional de normalización es el desarrollo de normas que aporten soluciones a los retos de la sociedad, en el sentido de que sean relevantes y respondan a los retos actuales y futuros. Y así se recoge en la estrategia UNE 2025.

En UNE creemos que el desarrollo de esta norma contribuirá a hacer de España un país más resiliente y a su transición ecológica. Dada su relevancia, todas las partes implicadas trabajan para que esta norma se publique a lo largo de este año 2023.

Las pruebas científicas encontradas en la pandemia demuestran la gran importancia de la transmisión de enfermedades infecciosas por medio de aerosoles, lo que a su vez explica que el riesgo de contagio en interiores sea muy superior al que existe en el exterior. Para reducir este riesgo, la ventilación con aire exterior adquiere una importancia fundamental. El mejor indicador para tomar decisiones sobre la renovación del aire es el CO₂.

La implantación de sistemas de control de ventilación vía medición de CO₂ en continuo está siendo extraordinariamente lenta y muchas veces se realiza de manera parcial o incorrecta. Ante esta situación, impulsados inicialmente por AIREAMOS, un grupo de científicos al que se sumaron, colegios profesionales, empresas, administraciones y entidades sin ánimo de lucro, arrancó la redacción de una futura norma UNE.

Esta norma pretende recoger los criterios para medir de manera rigurosa los riesgos de contagio por vía aérea asociados a espacios interiores donde se comprarte el aire que se respira, siempre teniendo en cuenta el confort y coste energético.

La norma debe garantizar que se dispondrá de información sobre CO₂ en tiempo real que no se pueda manipular y esté disponible tanto para propietarios, mantenedores y usuarios de espacios interiores.

Entendemos que en un futuro los usuarios de un espacio tendrán información en tiempo real de la calidad del aire interior. Pretendemos empezar por los riesgos asociados a contagios por aerosoles.