CTN 86 Comité UNE de Frío

A veces se nos olvida que antes de la revolución industrial o del comienzo de la producción eléctrica, ya existían “procesos” a los que estos hechos históricos no hicieron más que darle un empujón fundamental haciéndolos más accesibles a la sociedad. Uno de estos “procesos” es el de la generación del frío y su aprovechamiento.

Se sabe que ya en tiempos de la Grecia Clásica y del Imperio Romano, se solía amontonar hielo o nieve en profundos hoyos dentro de la tierra, cubriéndolos con materiales que lo aislaban del exterior. Incluso antes se transportaba hielo de lugares fríos a más cálidos en dónde se almacenaba en cuevas o lugares frescos para, a su vez, almacenar alimentos ya que se conocía que así podrían conservarse durante más tiempo.

Hoy en día se nos haría muy difícil entender que en verano no pudiésemos disfrutar de un helado o de una bebida enfriada con hielos, que no pudiéramos comer a lo largo de todo el año verduras, carne o pescado fuera de temporada o que la comida que nos ha sobrado un día no la pudiéramos aprovechar para otro. Y que en días muy cálidos nos pudiéramos refugiarnos en edificios con sistemas de refrigeración.

Estos son solo algunos ejemplos de la importancia de la refrigeración en nuestra cotidianidad. Pero otros que nos pasan desapercibidos son incluso más importantes, como aquellos procesos en los que la generación del frío es vital para su consecución. Un ejemplo reciente y que ha salvado muchas vidas ha sido, y sigue siendo, la conservación de las vacunas contra la COVID-19 a muy bajas y controladas temperaturas.

El CTN 86 se constituyó en 1987 y actualmente está secretariado por la Asociación de empresas de frío y sus tecnologías (AEFYT), miembro corporativo de UNE. Este comité desarrolla normas sobre métodos de diseño y cálculo, terminología y definiciones, clasificación, características y métodos de ensayo de las instalaciones frigoríficas y criogénicas, así como las características exigibles a sus componentes. De esta manera proporciona herramientas para hacer frente a los retos a los que se enfrenta el sector o que ayudan al desarrollo e implementación legislativa.

Todos los actores de la cadena de valor sectorial están representados en este comité y contribuyen a la consecución de sus trabajos: organismos de control, organizaciones de evaluación de la conformidad, Administraciones públicas centrales y autonómicas, fabricantes de equipos frigoríficos comerciales e industriales, empresas frigoristas, mantenedores e instaladores de sistemas frigoríficos y asociaciones empresariales del sector frigorífico comercial e industrial.

En este sentido, el marco legislativo que regula el sector del frío se compone de las siguientes reglamentaciones:

• Reglamento de seguridad para instalaciones frigoríficas y sus instrucciones técnicas complementarias (Real Decreto 552/2019).
• Real Decreto 115/2017, de 17 de febrero, por el que se regula la comercialización y manipulación de gases fluorados y equipos basados en los mismos, así como la certificación de los profesionales que los utilizan y por el que se establecen los requisitos técnicos para las instalaciones que desarrollen actividades que emitan gases fluorados
• Real Decreto 487/2022, de 21 de junio, por el que se establecen los requisitos sanitarios para la prevención y el control de la legionelosis, entre otras.

Y en el ámbito europeo, hay que destacar:

• Reglamento 2016/2281, relativo a los requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos de calentamiento de aire, los productos de refrigeración, las enfriadoras de procesos de alta temperatura y los ventilo-convectores.
• Reglamento (UE) 2015/1095 relativo a los requisitos de diseño ecológico para armarios de conservación refrigerados profesionales, armarios abatidores de temperatura, unidades de condensación y enfriadores de procesos.
• Reglamento Delegado (UE) 2015/1094 en relación con el etiquetado energético de los armarios de conservación refrigerados profesionales
• Reglamento (UE) No 517/2014 sobre los gases fluorados de efecto invernadero.

Tanto en el ámbito nacional como en el internacional, el CTN 86 trabaja para complementar o aterrizar toda esta legislación, además de producir normas de interés para el sector. Actualmente, expertos nacionales acreditados defienden los intereses nacionales y de sus organizaciones en el comité internacional de normalización ISO/TC 86 Refrigeración y acondicionamiento de aire y en el comité europeo CEN/TC 44 Sistemas y equipos de refrigeración profesional y comercial, prestaciones y consumo energético, de los que se hace seguimiento desde el CTN 86 y en dónde se produce gran parte de su programa de trabajo con la contribución del sector nacional.

Cómo decíamos al principio, el mundo no sería el mismo sin la generación de frío. El desarrollo de normas en este ámbito contribuye a que se produzca de forma segura, fiable, eficiente y sostenible.

El mundo de la normalización es tan enorme como esencial para el positivo desarrollo de muchos ámbitos de la actividad humana. Aunque esta realidad no puede llevar a caer en la tentación de una excesiva divulgación de normas que banalizaría su función.

Limitándonos al CTN 86, la influencia de las normas se refleja en reducción de los costes del producto, seguridad para el usuario, disminución del consumo energético y en la información al comprador para elegir la selección que más se adapte a sus necesidades.

Las normas mejoran, además, la calidad y con ello la vida útil y segura de los equipos y procesos, con lo que su aplicación se puede considerar como inversión y no como coste.

Es cierto que las normas técnicas en general no son de obligado cumplimiento, a menos que se conviertan o se integren en instancias legales superiores, pero su empleo es muy recomendable por los beneficios que aportan.

Por otra parte, las normas y correspondientes reglamentos los desarrollan en el mundo técnico tradicionalmente comités formados por expertos facilitados por empresas, que ponen a disposición de la causa su elevada experiencia con resultados muy valiosos como divulgación de todo tipo de mejoras en equipos, instalaciones y servicios.

Por descontado, que las normas deben de responder a criterios, razonables, útiles y en lo posible estables y de fácil interpretación para quien las tiene que cumplir y hacer cumplir. Y estos principios requieren sensatez a sus promotores y esfuerzo a los miembros de los comités.