La legislación española recoge por primera vez el papel de la normalización en la difusión, transferencia y valorización del conocimiento generado en los proyectos de investigación e innovación. Lo que ya era un hecho en las políticas europeas y sus programas de financiación, abre las puertas para aprovechar sus beneficios también en el ámbito nacional.
En septiembre de 2022 entró en vigor en España la nueva Ley 17/2022 de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que modificaba una anterior, la Ley 14/2011. Entre los muchos cambios introducidos, se distinguen dos líneas principales. Por un lado, introducir mejoras laborales y simplificar complejidades administrativas para los investigadores públicos. Y, en segundo lugar, fomentar la transferencia de conocimiento desde la investigación a la industria, promoviendo la innovación y, por tanto, la valorización de las inversiones efectuadas en I+D+i. Es en este segundo objetivo donde se encajan dos referencias directas a la normalización técnica o estandarización.
La primera, en el Artículo 36 (5), reconoce que el desarrollo de normas técnicas o estándares es un canal de transferencia de conocimiento, al mismo nivel que la comercialización de patentes, la participación en entidades basadas en el conocimiento o la creación de empresas spin-off, los contratos de consultoría o asistencia técnica, y otros mecanismos de colaboración entre agentes o de divulgación y comunicación de los resultados de la investigación. Además, lo considera como un concepto evaluable a efectos retributivos y de promoción del personal investigador, de forma que se considere en los procesos de selección y promoción y de asignación de recursos junto a los méritos investigadores.
La segunda, en el apartado 1 del Artículo 33, establece que los agentes de financiación del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación impulsarán la participación activa de los agentes públicos de investigación e innovación para estimular la generación del conocimiento y su transferencia, incluyendo medidas para la utilización de los resultados de la I+D+i en normalización técnica, entre otras vías.
Estas dos referencias, pequeñas cuantitativamente hablando, suponen sin embargo un gran salto cualitativo, ya que por primera vez estos conceptos se mencionan en la legislación española. Implican un impulso importante para que los responsables de nuevos conocimientos, tecnologías, productos y servicios sean conscientes de los beneficios que les aporta la normalización y dispongan de recursos para participar en ella, facilitando que los resultados de la I+D+i se valoricen en el ámbito industrial mediante la generación de nuevos estándares que promuevan su utilización práctica y comercial.
Sin embargo, la mera aparición en la ley no supondrá ningún cambio si la idea no se va trasladando a los siguientes planes operativos de actuación y los programas nacionales de financiación de la I+D+i, o los proyectos PERTE, por ejemplo. Por lo tanto, queda mucho camino que recorrer todavía hasta que estas posibilidades abiertas por la ley se conviertan en una realidad cotidiana.
Estos conceptos ya habían sido previamente introducidos por la Unión Europea, consciente del necesario papel de la normalización, y se han articulado en los últimos años a través de diferentes documentos políticos. Tanto el Pacto Verde para Europa (2019) como la Estrategia Industrial Europea (2020) consideran la estandarización como un elemento clave para la competitividad, resiliencia y sostenibilidad de la industria.
En concreto, se promueven en dos aspectos: el desarrollo de nuevas normas y un mayor peso de la UE en la normalización internacional. Para el primer aspecto, es lógico considerar que dichas nuevas normas deben recoger temáticas innovadoras, que en su mayoría provendrán de nuevos desarrollos de investigación e innovación.
Identificado este nexo con la I+D+i, la UE publicó su Política de Valorización del Conocimiento (2021), bajo el lema Conseguir que los resultados de la investigación trabajen para la sociedad. En ella se incluye la estandarización como canal de transferencia de conocimiento y tecnología, emparejándolo además con la propiedad industrial, con la que debe estar estrechamente relacionada, y se afirma, por ejemplo, que La estandarización debe considerarse durante la investigación, y no debería verse como un tecnicismo reservado a las grandes empresas.
El último de estos documentos, la Estrategia Europea sobre Normalización (2022), recoge todos estos elementos, entre otros, desde el punto de vista que debe tomar el sistema de normalización para aplicarlos. La relación con la innovación y la investigación, como fuentes indispensables para la generación de nuevos estándares y campos de normalización, constituye uno de los cinco pilares de dicha estrategia.
Los organismos de normalización ya son sensibles a esta necesidad, y dedican esfuerzos a identificar nuevos temas todavía en fase de investigación, que puedan necesitar el desarrollo de estándares. Entre estas iniciativas se encuentran el Foresight Framework de ISO, el Hot Topics Radar de IEC, las New Standardization Oportunities de CEN y CENELEC o el trabajo del Comité de Innovación UNE.
Años atrás, especialmente desde 2014 con el inicio del anterior Programa Marco de financiación de la I+D+i europea, Horizonte 2020, ya se incluyeron requisitos y recomendaciones para la inclusión de actividades de normalización en los proyectos financiados. UNE tuvo, desde el primer momento, un papel muy destacado, no solo colaborando directamente en un gran número de proyectos, sino sobre todo siendo el punto de información sobre estandarización para los investigadores españoles y también europeos.
En aquel momento, la normalización, en cuanto a su significado, beneficios y funcionamiento, era una gran desconocida en el mundo de la I+D+i. A través de charlas, eventos o artículos y, sobre todo, con ejemplos prácticos, UNE fue promoviendo la concienciación sobre este tema. Ganadores en los últimos años de los Premios UNE a la integración de la estandarización y la innovación como Acciona, Eurecat, Tecnalia, Contáctica o Alter Technology fueron pioneros, seguidos por muchas otras organizaciones, que ahora consideran la estandarización como un elemento más para tener en cuenta en gran número de sus proyectos.
Sin embargo, aún queda mucho esfuerzo por realizar en la concienciación de los actores involucrados en la I+D+i. Así lo reconoce la Política de Valorización del Conocimiento de la UE, que incluye citas como: Existe la necesidad de educar y asesorar a la comunidad investigadora para comprender y pensar en la estandarización, desde las primeras etapas de la investigación, como una forma de difundir, codificar y facilitar la valorización de los resultados de la I+D+i, o bien: Las campañas de concienciación sobre la importancia de la normalización son claves para los creadores de conocimiento, incluyendo investigadores y pequeñas empresas.
Consecuentemente, el presente Programa Marco, Horizonte Europa (2021-2027), hace mayor énfasis en la necesidad de considerar la estandarización en los proyectos. Para apoyar dichas recomendaciones, la Comisión Europea ha puesto en marcha dos instrumentos con los que pretende facilitar dicha concienciación y dar apoyo a los investigadores implicados. El primero es el Standardisation Booster, un mecanismo para proporcionar información y asesoramiento sobre estandarización a proyectos ya en marcha. El segundo es la publicación de un Código de práctica sobre normalización para investigadores, que se prevé esté disponible a principios de 2023. UNE ha contribuido a su gestación con testimonios, opiniones y ejemplos prácticos.
La integración de la estandarización UNE en los proyectos de I+D+i Horizonte Europa contribuyen al cumplimiento de los siguientes ODS de la ONU
Horizonte 2020 se cerró para UNE con una importante participación, colocándonos en cabeza de los organismos de normalización europeos: participación en 63 proyectos financiados en diversos temas como nuevos materiales, energía sostenible, biotecnología, fabricación inteligente, transporte, etc., con 281 propuestas de proyectos presentadas, lo que ofrece una tasa de éxito superior al 22 %, aproximadamente el doble de la media europea.
El inicio del nuevo programa, que cuenta ya con dos años de camino recorrido, continúa las mismas tendencias. 76 propuestas de nuevos proyectos se han presentado a la Comisión Europea y, aunque no se conocen todas sus evaluaciones todavía, hasta el momento 16 de ellas han recibido financiación de la UE.
Pero, en este caso, sólo participar no es lo importante. La mejor noticia para los proyectos en los que UNE contribuye es que, en los últimos años, más del 80 % de ellos terminan con resultados exitosos relacionados con la normalización. Entre ellos se cuentan 26 CEN/CENELEC Workshop Agreements (CWA) publicados, y otros 10 en elaboración, un CEN/TR, un proyecto de norma EN, una norma ISO revisada y dos nuevos Grupos de Trabajo creados en Comités Técnicos de CEN existentes.
Todo ello representa una enorme batería de casos de éxito, que han permitido que UNE haya conseguido dos premios Standards+Innovation de CEN y CENELEC: al proyecto NEXTOWER en 2020 y al proyecto ARETE en 2022. A buen seguro, estos ejemplos resultarán inspiradores para nuevas organizaciones de investigación, empresas, universidades y Administraciones Públicas responsables de este tipo de proyectos.