La normalización es clave para el sector de los gestores de residuos. Actualmente, nuestra industria está experimentando grandes cambios legislativos y, en todos ellos, el desarrollo y la inclusión de normas que homogenicen y faciliten su aplicación es esencial para nosotros.
Pero, sobre todo, la normalización aporta seguridad jurídica a nuestra actividad y contribuye a la estandarización de procesos y la unificación de criterios; aspectos muy importantes para que nuestras empresas puedan operar con calidad, competitividad y garantías.
Para nuestro sector es importante aprovechar las oportunidades que ofrece la normalización. En este sentido, y relativas a nuestra actividad hay dos que me gustaría destacar principalmente.
La primera de ellas es una norma básica para nosotros, ya que define los tipos de papel y cartón recuperado usados como materia prima en la fabricación de productos de papel y cartón. Se trata de la UNE-EN 643 Lista europea de calidades estándar de papel y cartón para reciclar. Esta norma también especifica las tolerancias para los materiales no deseados y define los materiales prohibidos.
Y, por otro lado, tenemos la UNE-EN 17085 Procedimientos de muestreo para papel y cartón para reciclaje, que determina el método para obtener muestras representativas de papel y cartón recuperado y así poder determinar si su composición y calidad cumple con los estándares exigidos.
El balance sin duda es positivo. Contar con un organismo como UNE que impulse el desarrollo y la competitividad de los diferentes sectores económicos es vital. La normalización y su cumplimiento proporciona credibilidad a los mercados y seguridad, tanto a los operadores como a los consumidores. Además de contribuir a la trasmisión de conocimiento y a la mejora de las buenas prácticas en nuestras empresas.
Actualmente, no hay ninguna duda de que el futuro será verde o no será. En este punto hay consenso. Si bien ahora el objetivo debe estar enfocado en facilitar, tanto a las empresas como a la sociedad, el salto a ese modelo económico y social más sostenible que no se termina de concretar.
Por ello, considero que en los próximos años el desarrollo de normas que nos ayuden a avanzar hacia la economía circular, que apuesten por la innovación a la vez que continúen posibilitando el desarrollo y la competitividad de las empresas va a ser uno de nuestros grandes retos.
Por otro lado, también me parece importante destacar las nuevas oportunidades que continuarán surgiendo con el desarrollo de las nuevas tecnologías (big data, inteligencia artificial, metaverso…) y de cómo estas tendrán que ir regulándose para su correcta aplicación.