El desarrollo de normas europeas e internacionales sobre biocombustibles sólidos ha sido clave para impulsar los mercados globales. España participa en esos trabajos gracias a los expertos españoles del CTN 164 Biocombustibles sólidos.
El Comité Técnico de Normaliza-ción de Biocombustibles Sólidos, CTN 164, remonta su andadura por el año 2000. Desde entonces, el CTN 164 ha sido clave en España tanto para generar nuevas normas españolas como para colaborar en la realización de otras europeas y adaptar, primero las que provienen de Europa y, posteriormente, las internacionales, las cuales se han ido editando durante estos últimos años.
El desarrollo del mercado de la biomasa en todo el mundo y, especialmente, en Europa ha ido en paralelo al desarrollo de las normas técnicas del sector. Este paralelismo no es casualidad, sino el fruto consciente de haber incluido la estandarización en las estrategias de desarrollo de muchos países, como Austria, que hace dos décadas desarrolló las primeras normas técnicas sobre pélets, briquetas y astillas de madera.
Desde entonces ha habido una evolución en el sector y en las normas, pasando de unas pocas nacionales sobre pélets y briquetas a más de 40 internacionales sobre otros productos y aspectos. Algunos pasos relevantes en este camino son:
Se desarrollan especificaciones técnicas europeas (CEN/TS) sobre productos, de caracterización física y química y de muestreo, de adopción voluntaria para los países.
La producción de pélets en España se ha multiplicado por cinco en los últimos años, pasando de 150.000 toneladas en 2010 a 750.000 en 2019 y, además, el 82 % de los pélets producidos en España han sido certificados conforme a la Norma UNE-EN ISO 17225-2.
Cuando comenzó a desarrollarse el sector de la biomasa moderna surgían preguntas que mostraban la desconfianza hacia un nuevo producto. En este contexto, las normas han jugado un papel relevante aportando confianza. Por ejemplo, ante las dudas sobre la calidad del producto, nacieron esquemas de certificación basados en las normas de producto. Al mismo tiempo, para solventar la incertidumbre sobre la durabilidad, los instaladores de calderas ofrecieron garantías vinculadas al uso de esos combustibles normalizados y certificados.
Por su parte, las normas europeas e internacionales facilitaron el comercio entre países, contribuyendo a garantizar el suministro y favoreciendo la estabilidad de los precios. Lo relacionado con la seguridad se ha resuelto con nuevas normas sobre manipulación y almacenamiento seguros, etc.
Otro aspecto característico de este sector es el desarrollo de normas vinculadas a proyectos de I+D+i. Las primeras especificaciones técnicas usaron un macro proyecto europeo para analizar muestras de distintos tipos de biomasas europeas y para adaptar los métodos de ensayo de otros combustibles a las biomasas.
Por su parte, las actuales normas UNE de huesos de aceitunas (UNE 164003) y cáscaras de frutos secos (UNE 164004) se derivan del proyecto Biomasud, a través del cual se recolectaron y analizaron numerosas muestras de estos productos. En su momento, la norma UNE para la determinación del poder calorífico (UNE 164001 EX, anulada) también se vinculó a un proyecto de investigación.
El CTN 164 es el comité español que desarrolla normas sobre biocombustibles sólidos. Además de elaborar normas sobre productos muy específicos de nuestro país, los expertos españoles han participado activamente en el desarrollo de las normas europeas e internacionales. Esta participación es consecuencia de la capacidad técnica y el conocimiento de los vocales, ya que en el CTN 164 participan expertos de centros tecnológicos como CEDER-CIEMAT, el Instituto Tecnológico de la Energía de Valencia (ITE), Fundación CENER-CIEMAT o la Fundación CARTIF. También hay empresas innovadoras o con fuerte base tecnológica, como Instrumentos Testo, Ingelia, Ecoloma Biocombustibles y Acciona. Asimismo forman parte del comité asociaciones del sector como la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (AVEBIOM) y la Asociación Española de Empresas Productoras de Pellets de Madera (APROPELLETS).
Por último, aunque el CTN 164 únicamente normaliza los biocombustibles sólidos, las relaciones con otros ámbitos afecta a su composición, en la que hay distintas asociaciones de sectores vinculados. Destaca la Federación Española de Recuperación y el Reciclaje (FER), que lleva la secretaría de otro comité similar, el CTN 301 Combustibles sólidos recuperados, que hasta el 2014 formaba parte del CTN 164, como subcomité 2. Igualmente destacan la Asociación Española de Empresas de Energías Renovables, (APPA) la Asociación Española de Fabricantes de Pastas de Papel y Cartón (ASPAPEL), el Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones (IECA) y la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID).
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Miguel José Fernández Llorente
Responsable del Laboratorio de Caracterización de Biomasa del CEDER-CIEMAT
Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas
Ruth Barro Piñeiro
Responsable de ensayos del Laboratorio de Caracterización de Biomasa del CEDER-CIEMAT
Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas
El Comité Técnico de Normalización de Biocombustibles Sólidos, CTN 164, remonta su andadura por el año 2000. Desde entonces, el CTN 164 ha sido clave en España tanto para generar nuevas normas españolas como para colaborar en la realización de otras europeas y adaptar, primero las que provienen de Europa y, posteriormente, las internacionales, las cuales se han ido editando durante estos últimos años.
En 2006, se editaron más de 25 especificaciones técnicas europeas, la mayoría de las cuales fueron convertidas en normas EN a partir de 2009 y, después, en normas ISO, a partir de 2013. Asimismo, han existido proyectos internacionales y nacionales que han ayudado a la investigación científica a resolver las dudas para generar esta nueva normativa. Actualmente, se están revisando las normas EN-ISO para mejorarlas en la medida de lo posible.
Finalmente, el objetivo se ha cumplido, la labor de creación y mejora de normas genera un beneficio económico a la sociedad para el desarrollo de la biomasa como fuente de energía renovable. Es decir, promueve el comercio entre empresas: productores de biomasa, intermediarios y usuarios.
Esta normativa es vital para el desarrollo de la biomasa. No hay que olvidar que la biomasa es la principal energía renovable en España, al menos hasta el 2018. En ese año supuso el 4,2 % de la energía primaria destinada, mayoritariamente, a la generación de calor. En Europa, la biomasa representa más del 60 % de la energía renovable consumida. En el mundo, aporta más del 12 % de la energía primaria y se espera que esta cifra se incremente muy significativamente en los próximos años.