¡Innovar!... o perecer

A simple vista, el cambio climático, los ciberataques y los disruptores de negocio parecen no guardar relación, pero todos ellos son amenazas clave para la sostenibilidad de las empresas. Sin embargo, existe una herramienta común para desarrollar la resiliencia frente a ellos: la innovación. ¿Cómo pueden las organizaciones ser lo suficientemente innovadoras y aguantar los envites de un mundo cada vez más incierto?

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ISO Focus
La revista de ISO, la Organización Internacional de Normalización, se llama ISOfocus y es bimestral. Aquí se reproducen algunos contenidos. ISOfocus incluye artículos, reportajes y entrevistas que muestran los beneficios de la aplicación de las normas internacionales. Bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.5 CH)
Clare Naden

Parece que el mundo avanza más rápido que nunca y las empresas de todos los sectores deben priorizar la innovación o arriesgarse a desaparecer. La era digital creó toda una serie de desafíos empresariales que impactaron en la velocidad y el proceso de innovación. Si muchas de las empresas que conocíamos desde la infancia ya no están con nosotros es porque no apostaron por la innovación. Por el contrario, si todavía están presentes, es porque no solo se adaptaron una vez, sino en repetidas ocasiones. Las empresas que no consiguen adaptarse corren el riesgo de quedar obsoletas.

 

¿Recuerdas la época de las películas alquiladas en Blockbuster, los teléfonos móviles de Blackberry y o las tiendas de música Tower Records? Son solo algunos ejemplos de negocios que sufrieron y fenecieron con la llegada de nuevas tecnologías o los cambios drásticos en el comportamiento de los consumidores. Sin embargo, hay otras, como Apple o McDonald’s, que consiguieron capear el temporal y volver con más fuerza que antes.

 

¿Qué tenían las empresas supervivientes que las demás no tenían? La capacidad de innovar.

¿Qué es la innovación?

La primera definición de innovación surgió de las encuestas experimentales de innovación llevadas a cabo por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en la década de 1980. Estas encuestas derivaron a un primer intento de definir la innovación para fines de medición en el Manual de Oslo de 1992. Es una definición que ha ido creciendo desde entonces, y el Manual de Oslo de 2018, Directrices para la recogida e interpretación de información relativa a innovación define ahora cuatro tipos de innovación: de producto, de proceso, organizativa y comercial.

 

El comité técnico de ISO de gestión de la innovación, ISO/TC 279, fue un agente clave para el desarrollo de la definición que figura en la versión más reciente del Manual de Oslo, lo que asegura la alineación con las definiciones de las normas ISO y tiene en cuenta sus diferentes requisitos. También se incluye la recientemente publicada Norma ISO 56000 Gestión de la innovación – Fundamentos y vocabulario que, junto con el Manual de Oslo, establece que una «entidad» es una innovación cuando es «nueva o mejorada y reconoce o redistribuye el valor».

 

La innovación es un componente cada vez más importante del éxito de una empresa, ya que mejora su capacidad de adaptación en un mundo que está en constante cambio. Las ideas nuevas e innovadoras dan pie a mejores formas de trabajo, así como a nuevas soluciones para generar ingresos y mejorar la sostenibilidad. De este modo, la innovación se relaciona estrechamente con la resiliencia de una organización, dado que la ayuda a comprender y reaccionar en contextos desafiantes, aprovechar las oportunidades que pueda traer consigo y potenciar la creatividad tanto de su propio personal como de aquellos con los que trata.

Antaño un gigante imparable, la empresa de alquiler de películas en video Blockbuster no logró innovar en un mercado que apostó por la entrega de DVD a domicilio.

Éxito empresarial

En última instancia, las grandes ideas y las nuevas invenciones son a menudo el resultado de una larga sucesión de pequeños pensamientos y cambios, todos ellos recopilados y dirigidos de la forma más eficaz. La implementación de un sistema de gestión de la innovación ayuda a lograr precisamente eso. Proporciona un enfoque sistémico para integrar la innovación en todas las capas de una organización, con el fin de aprovechar y crear oportunidades para el desarrollo de nuevas soluciones, sistemas, productos y servicios.

 

Publicada en 2019, la ISO 56002 es la primera norma internacional de sistemas de gestión de la innovación. Combina el pensamiento actual con la investigación y es una herramienta clave para las organizaciones, ya que proporciona una orientación basada en las mejores prácticas acerca de cómo las organizaciones pueden establecer un sistema estructurado de gestión de la innovación.

 

Alice de Casanove, Jefa de Cultura de la Innovación en Airbus y Presidenta del ISO/TC 279, considera que una orientación como esta es sumamente útil para los departamentos de innovación tanto de grandes empresas como de pymes. «En Airbus, nos tomamos la innovación muy en serio, ya que sin una cultura de innovación no estaríamos donde estamos hoy», indica. «Normas como estas nos ayudan a formar a los profesionales de la innovación, puesto que son objetivas y están bien estructuradas y nos permiten mantener y desarrollar más eficazmente esta cultura».

Empresas como incubadoras de conocimiento

Sin embargo, la gestión de la innovación es fundamental para todas las organizaciones, independientemente de que tengan un departamento específico o no. «La orientación como la que ofrece ISO 56002 ayuda a todas las empresas a gestionar sus ideas, mejorar continuamente y prepararse contra disruptores de negocio como la competencia», agrega de Casanove. También ayuda a infundir una cultura de innovación en la empresa, sacando partido a la creatividad y la motivación del personal y, por último, mejorando su rendimiento general.

 

Si las grandes ideas surgen de pequeños pensamientos, el primer paso es recopilarlos de forma eficaz. El conocimiento, al igual que las personas, es un activo muy valioso para muchas organizaciones, ya que les permite tomar decisiones fundamentadas. También les ayuda a innovar. Sin embargo, vivimos en el mundo del big data y de la sobrecarga de información, lo que significa que gestionar esta información de forma que se despierten las ideas como si fueran destellos de luz requiere un proceso de reflexión.

 

Las empresas comienzan a reconocer que el conocimiento es un activo corporativo importante y que es necesario gestionarlo como cualquier otro activo. Es necesario desarrollarlo, retenerlo, compartirlo, adaptarlo y aplicarlo. ISO 30401 Sistemas de gestión del conocimiento – Requisitos ayuda a las organizaciones a iniciarse en la gestión de conocimientos o a mejorar los ya existentes mediante la implementación de un sistema de gestión que promueva y permita la creación de valor a través de una gestión eficaz de conocimientos e información.

La innovación es un componente cada vez más importante del éxito de una empresa, ya que mejora su capacidad de adaptación en un mundo que está en constante cambio.

Resiliencia corporativa

La gestión eficaz del conocimiento de una organización no solo contribuye a la innovación mediante la recopilación de esas ideas brillantes, sino que también ayuda a fortalecerla al mismo tiempo. No en vano, la innovación crea resiliencia y la resiliencia crea innovación. Aunque no hay ningún negocio 100 % seguro en estos tiempos, hacerlo resiliente ante un mundo cada vez más turbulento es lo que ofrece más garantías. Es más, crea un círculo virtuoso con la innovación porque una empresa sólida, independientemente de las circunstancias, tiene una buena base para ser innovadora y esa innovación, a su vez, aumenta su fortaleza.

 

¿Cómo conseguir esta resiliencia? «Potenciar la resiliencia debería ser un elemento clave de las organizaciones, especialmente a raíz de la experiencia con la COVID-19», indica James Crask, Convenor del ISO/TC 292, comité experto en cuestiones de seguridad y resiliencia. «Ser conscientes de las vulnerabilidades potenciales, adaptarse a los cambios y aprovechar la capacidad de convertir las amenazas en oportunidades son formas de asegurar que un negocio no solo sobreviva, sino que prospere».

 

La implementación de la Norma ISO 22316 de resiliencia organizacional es una buena forma de conseguirlo. Esta norma ofrece un marco para ayudar a las organizaciones a preparar su actividad para el futuro creando y manteniendo su capacidad de adaptación cuando es necesario transformarse y renovarse a la luz de cambios complejos. Lo hace aportando los principios para crear una cultura de resiliencia, hacer un uso eficaz del conocimiento de una organización, alentar a unos líderes eficaces y capacitados y permitir que una organización cumpla sus compromisos ante cualquier cambio.

 

El esfuerzo se refleja en los resultados. «Una visión y un propósito compartidos y toda una variedad de habilidades, liderazgo y conocimientos son solo algunas de las características de una organización resiliente», afirma Crask. Esto crea una organización cohesionada y preparada para soportar prácticamente cualquier cosa, incluida la disrupción del negocio.

La disrupción como factor

Ser capaces de reaccionar y actuar de forma rápida y eficaz ante las disrupciones de negocio inesperadas es otro beneficio de la preparación. Denominados planes de continuidad del negocio o de recuperación ante desastres, no son nada nuevo para muchas organizaciones, pero es necesario seguir renovándolos para garantizar su pertinencia. La ISO 22301 fue la primera norma internacional para la gestión de la continuidad del negocio cuando se publicó en 2012.

 

Desde entonces, ayuda a las organizaciones a implementar y mantener planes, sistemas y procesos eficaces de continuidad del negocio. Esta norma popular se actualizó recientemente para incorporar lo aprendido en sus primeros años de uso y asegurar que su contenido esté en consonancia con las mejores prácticas internacionales, para así ayudar a las organizaciones a actuar frente a las disrupciones y recuperarse de ellas eficazmente. Todo ello implica una reducción de los costes y un menor impacto en el rendimiento del negocio cuando algo va mal. Es más, las empresas con varios emplazamientos o divisiones pueden confiar en un mismo enfoque consistente para toda la organización.

 

Crask indica que contar con planes demostrablemente sólidos rinde dividendos a largo plazo, incluso si nunca es necesario ponerlos en práctica. Poder dar garantías a clientes, proveedores y organismos reguladores de que estás preparado si ocurre alguna catástrofe infunde un alto nivel de confianza en tu organización, con todos los beneficios que eso conlleva. Un mayor desempeño empresarial, una interacción fluida con los reguladores y el atractivo frente a los inversores son solo algunos de estos beneficios. Además, tras analizar todas las cuestiones importantes y las áreas de vulnerabilidad, comprenderás mejor tu negocio.

Los denominados planes de continuidad del negocio o de recuperación ante desastres, no son nada nuevo para muchas organizaciones, pero es necesario seguir renovándolos para garantizar su pertinencia. La ISO 22301 fue la primera norma internacional para la gestión de la continuidad del negocio cuando se publicó en 2012.

Es momento de innovar

La disrupción también puede provenir de los competidores de tu sector. El auge inicial de Airbnb dejó noqueados a los hoteles, y Uber introdujo un modelo de competencia totalmente nuevo en el sector del taxi. «No basta con tener una gran idea», advierte De Casanove. «Las empresas deben mirar continuamente hacia delante y estar preparadas para adaptarse y cambiar si quieren proteger su negocio, y supone estar constantemente innovando».

 

Innovar es, precisamente, lo que hace Airbus. Actualmente, investiga e invierte en nuevas tecnologías como las relacionadas con helicópteros, propulsión eléctrica y movilidad cuántica y urbana. Las normas pueden ser una herramienta fundamental para hacer realidad esas ideas y apoyar su evolución satisfactoria, ayudando a la empresa a aprovechar y maximizar las ideas de manera estructurada. El uso de normas internacionales reconocidas también puede aportar un sello de garantía que infunde confianza en futuros inversores y colaboradores comerciales de todo el mundo. Es más, como referencia de las mejores prácticas internacionales, las normas proporcionan métodos, sistemas y procesos que pueden ayudar a las empresas a ahorrar tiempo y recursos, liberando así valiosas horas de trabajo para actividades nuevas e innovadoras. Aquí es donde tienen que estar las empresas si quieren gozar de una ventaja competitiva, atraer buenos talentos y, en última instancia, sobrevivir en el implacable mundo de los negocios. Mantener el statu quo es cosa del pasado. El futuro es para los que innovan.

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