La normalización lleva décadas dando respuesta eficaz a los distintos desafíos ambientales, armonizando buenas prácticas y proporcionando herramientas fiables y consensuadas a legisladores y organizaciones. En este reportaje explicamos cómo las normas UNE impulsan la transición ecológica y conocemos el punto de vista de Administración, normalización internacional y europea, así como de relevantes industrias españolas.
La normalización ha venido siendo un aliado estratégico de la Unión Europea en la reglamentación de multitud de materias y, particularmente, en el ámbito de la sostenibilidad; y lo continúa siendo ahora, dando soporte al Pacto Verde Europeo.
El propio Pacto Verde Europeo recoge la siguiente cita sobre la estandarización: Como el mercado único más grande del mundo, la UE puede establecer estándares que se apliquen en cadenas de valor globales. La Comisión seguirá trabajando en nuevas normas para el crecimiento sostenible y utilizará su peso económico para dar forma a normas internacionales que estén en línea con las ambiciones medioambientales y climáticas de la UE.
El camino hacia una economía sostenible debe tener en la transición ecológica uno de sus pilares fundamentales. Cambio climático, economía circular, eficiencia energética o calidad ambiental son elementos clave de esta transición. La normalización aborda estos aspectos estableciendo un entendimiento común y proporcionando herramientas fiables y consensuadas.
El medio ambiente en el que desarrollamos nuestra actividad económica y social requiere de una especial atención para asegurar su sostenibilidad y, con ella, la de nuestra forma de vida y crecimiento.
Mantener una adecuada calidad del aire, mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, reducir los residuos generados o identificar correctamente prácticas y productos sostenibles permiten compatibilizar el desarrollo económico con una buena calidad ambiental.
En estos campos, la normalización facilita la definición y el logro de los objetivos ambientales y el establecimiento de metodologías de referencia que permiten obtener resultados fiables y comparables.
Así, distintas normas UNE contribuyen a garantizar la adecuada calidad del aire, como las incluidas en el Real Decreto 39/2017.
Estas normas están reconocidas como los métodos de referencia para la evaluación de las concentraciones de dióxido de azufre (UNE-EN 14212); dióxido de nitrógeno y óxidos de nitrógeno (UNE-EN 14211); partículas PM10 y PM2,5 (UNE-EN 12341); plomo, arsénico, cadmio y níquel (UNE-EN 14902); benceno (UNE-EN 14662-3); monóxido de carbono (UNE-EN 14626); ozono (UNE-EN 14625); mercurio (UNE-EN 15852) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (UNE-EN 12341).
También son destacables las normas relacionadas con la determinación de las emisiones de contaminantes procedentes de grandes instalaciones de combustión, como la UNE-EN 14181 que permite asegurar la calidad de los sistemas automáticos de medida referenciada, junto a otras normas relacionadas, en la Orden PARA/321/2017.
Por su parte, el nuevo Plan de Acción para una economía circular lanzado por la Comisión Europea en 2020 identifica la normalización como un elemento facilitador para conseguir los objetivos que establece en distintos campos.
El Comité Técnico de Normalización CTN 323 se centra en la economía circular, abordándola de una forma integral y con una perspectiva multisectorial. Constituye la vía de participación e influencia de las entidades y organizaciones españolas en los trabajos de normalización internacionales y europeos en este campo.
Entre los desarrollos internacionales destaca la actual elaboración de las primeras normas ISO en esta materia, que van a consensuar aspectos clave como los principios y el marco de la economía circular, el desarrollo de modelos de negocio y cadenas de valor que contribuyan de forma efectiva al modelo circular, las directrices para la medición de la circularidad y de los impactos de las actividades circulares, o el análisis de casos de éxito de implementación de este tipo de medidas.
En el ámbito europeo, son relevantes las normas para la eficiencia del uso de los materiales vinculadas a la Directiva 2009/125/CE de ecodiseño. Estas normas aplican a los productos relacionados con la energía tal y como los define esta directiva y establecen metodologías para la evaluación de la vida útil de estos productos, la capacidad de reutilización de sus componentes, la capacidad de reciclado de sus materiales, la facilidad de reparación o la evaluación del uso de componentes reutilizados, entre otros aspectos.
La Comisión Consultiva sobre Economía Circular de UNE es una mesa de diálogo multisectorial y transversal entre los miembros de la entidad y Administraciones públicas
En el plano sectorial, existen numerosas normas que tratan aspectos de economía circular y gestión de residuos en actividades específicas.
Sectores como el de plásticos, productos eléctricos y electrónicos, construcción, energético, producción de metales, envases y embalajes y muchos otros han desarrollado normas técnicas que contienen directrices sobre la caracterización de material reciclado, el uso de subproductos, los requisitos de valorización de sus residuos o los elementos que influyen en la durabilidad de los productos y materiales.
En este mismo ámbito, UNE ha creado la Comisión Consultiva sobre Economía Circular, una mesa de diálogo multisectorial y transversal entre los miembros de UNE y las Administraciones públicas en la que se analizan qué medidas se pueden poner en marcha desde la normalización para facilitar la transición hacia este nuevo modelo.
Entre las acciones derivadas de esta Comisión destacan la elaboración de un documento de sensibilización para promover un aumento de la consideración de la economía circular en las normas técnicas o el análisis de la contribución a la economía circular que ofrecen normas de distintos sectores.
La Norma UNE-EN ISO 14001, y la familia de normas que le da soporte, tienen ya un largo recorrido como instrumentos para facilitar la identificación de los aspectos ambientales de las organizaciones y reducir los impactos asociados.
En este sentido, cabe destacar normas como la familia UNE-EN ISO 14040 sobre el análisis de ciclo de vida, la UNE-EN 14006, que facilita la incorporación del ecodiseño a un sistema de gestión ambiental o la UNE 150008 que proporciona directrices para el análisis y evaluación del riesgo ambiental.
Asimismo, la información ambiental asociada a un producto o servicio debe ofrecer fiabilidad y transparencia, ya sea al consumidor o al siguiente actor de la cadena de valor.
En este ámbito destaca la familia de normas UNE-EN ISO 14020, que establece requisitos transversales para distintos tipos de etiquetado, así como las normas de etiquetado ambiental existentes de aplicación específica en distintos sectores.
Por su parte, la lucha contra el cambio climático requiere de metodologías que permitan determinar de forma fiable y homogénea las emisiones de gases de efecto invernadero.
Normas como la familia UNE-EN ISO 14046 o la UNE-EN ISO 14067 proporcionan requisitos para el cálculo de la huella de carbono asociada a un producto o servicio, a una organización, así como para determinar las emisiones atribuidas a un proyecto de reducción de dichas emisiones.
La reciente aprobación del nuevo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 visibiliza cómo la adaptación a los efectos del calentamiento global es otro elemento fundamental para asegurar un futuro sostenible.
En esta área, la UNE-EN ISO 14090 y otras normas en elaboración proporcionan directrices para definir un marco de adaptación al cambio climático, para evaluar la vulnerabilidad, el impacto y el riesgo, y establecer planes de adaptación.
Así mismo, siguiendo lo indicado en la Estrategia Europea de Adaptación al Cambio Climático, se está realizando una revisión de las normas vinculadas a infraestructuras críticas para introducir criterios de adaptación entre sus requisitos.
Por otro lado, la mejora de la eficiencia energética y la transición hacia energías menos contaminantes son aspectos clave en todas las políticas energéticas.
La eficiencia energética puede enfocarse en el propio funcionamiento de una organización o en el producto o servicio que generan. Las normas UNE-EN ISO 50001 o la serie UNE-EN 16247 facilitan a las organizaciones la implementación de un sistema de gestión de la energía que optimice su consumo y la realización de auditorías energéticas específicamente diseñadas para los sectores del transporte, edificios y procesos industriales.
Estas normas están referenciadas en la Directiva 2012/27/UE de eficiencia energética y, en el caso de la serie de normas sobre autorías energéticas, su mención en el RD 56/2016, que traspone la Directiva anterior, las presenta como alternativa para el cumplimiento de los requisitos que el RD establece para dichas auditorías.
En el ámbito de las energías renovables, la norma UNE-EN 16325 representa otro ejemplo de norma que da apoyo a políticas públicas al estar referida en la Directiva (UE) 2018/2001 de fomento de las renovables como referencia para los requisitos que han de cumplir las garantías de origen para que sean exactas y fiables.
Por otro lado, el diseño, fabricación e instalación de elementos esenciales en la generación de renovables se describen en normas clave para el sector.
Así mismo, numerosos productos de distinta índole (aparatos de climatización, electrodomésticos, iluminación, componentes eléctricos…) cuentan con normas técnicas que definen los ensayos para la determinación de su consumo de energía y sirven de base para asignar el correspondiente etiquetado energético.
Además, la reducción del consumo energético que tiene lugar en los edificios es otro elemento clave al que la normalización contribuye con normas como la serie UNE-EN ISO 52000 que permite determinar de forma integral y modular la eficiencia energética del edificio.
En definitiva, el apoyo que las normas técnicas ofrecen a las áreas anteriores muestra el importante papel que la normalización tiene en la transición ecológica. Pero no son las únicas. Las normas también apoyan ámbitos como la biodiversidad, calidad del agua, gestión de los bosques o análisis de los residuos.
Enlazando las necesidades de las organizaciones con los objetivos de las políticas públicas, las normas permiten establecer criterios consensuados que proporcionan herramientas eficaces para hacer frente a estos grandes retos.
Cada año el 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Normalización para rendir homenaje a los miles de expertos que en todo el mundo participan en el desarrollo de estándares. Sólo en España, más de 12.000 expertos de 6.000 organizaciones elaboran normas en la Asociación Española de Normalización, UNE.
Con el lema de este año ‘Protegiendo el planeta con las Normas’, la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC), la Organización Internacional de Normalización (ISO) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) pretenden destacar la necesidad de proteger la Tierra.
La crisis provocada por la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la sostenibilidad y la resiliencia. Tenemos ante nosotros el desafío de reconstruir las economías y salvaguardar la vida mientras preservamos el planeta para las generaciones futuras.
En este contexto, las normas tienen mucho que aportar, reduciendo el impacto humano sobre el planeta.
Cuando hablamos de normalización y medio ambiente, a todo gestor responsable le viene a la cabeza la norma UNE-EN ISO 14001, ampliamente implantada y ejemplo de cómo las empresas y otras organizaciones han interiorizado la necesidad de integrar los aspectos ambientales en su actividad.
Pero el papel de la normalización en la transición ecológica que afrontamos va hoy mucho más allá de la UNE-EN ISO 14001. Contamos con normas en áreas diversas que abarcan desde la eficiencia energética hasta los residuos y que contribuyen a dar respuesta a los retos ambientales que hemos de resolver. Incluso la Unión Europea ha apostado por desarrollar esquemas de normalización para la protección del medio ambiente, como el Reglamento EMAS.
El compromiso del Ministerio con la normalización quedó patente también en la pasada COP25 celebrada en Madrid, cuya organización se ajustó a las Normas: UNE-EN ISO 20121 y UNE-EN ISO 14001 y al Reglamento EMAS.
El mayor desafío global del siglo XXI es crear un futuro mejor y sostenible. La mejor forma y la más eficaz de afrontar este desafío es mediante un enfoque acordado internacionalmente.
La normalización responde con eficacia a los grandes retos de la sociedad. La Organización Internacional de Normalización (ISO) desarrolla estándares que proporcionan ese consenso mundial sobre las mejores prácticas que pueden implementarse, en cualquier lugar, abarcando todos los aspectos del ahorro energético y de la calidad del agua, la tierra y el aire.
Su amplio uso ayuda a mejorar el desempeño ambiental de las industrias y la eficiencia energética, al tiempo que proporciona una plataforma en la que se pueden desarrollar soluciones nuevas e innovadoras.
ISO ha creado un documento, la Guía ISO 82, para los expertos que desarrollan normas que puede ayudarles a tener en cuenta la sostenibilidad en todas las normas.
Esto no solo es una buena noticia para el planeta, sino también para las empresas que buscan implementar las mejores prácticas sostenibles.
El Pacto Verde Europeo perfila un ambicioso horizonte hacia la economía verde. Esto requiere el esfuerzo colectivo de actores económicos y sociales para innovar en los modos de consumir y producir, en el uso de infraestructuras y transporte, reinventando la movilidad y en la reutilización de recursos.
Las normas europeas, reflejo del liderazgo tecnológico, juegan un papel clave en este desafío: garantizan un lenguaje común, determinan métodos de ensayo y confieren seguridad en los mercados a la hora de introducir nuevas tecnologías.
Su contribución es decisiva en la transición ecológica; por ejemplo, para redes eléctricas inteligentes, estaciones de carga, combustibles alternativos o el reciclado eficiente y seguro de materiales.
Los expertos de CEN y CENELEC cuentan con una extraordinaria experiencia en el desarrollo de normas para afianzar una economía más verde y sostenible. Comprometidos a seguir trabajando junto a nuestros miembros (UNE en España), industria, consumidores, expertos y la Comisión Europea, lograremos construir el Pacto Verde.
¿Cuál es la contribución de AEE a la transición ecológica?
El sector eólico español, que aporta el 0,31 % del PIB y 24.000 empleos, con 227 fábricas y el 100 % de la cadena de valor en nuestro territorio, es protagonista en la transición ecológica.
Existe la oportunidad de activar los mecanismos para el cumplimiento del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). La instalación de 2.300 MW/año eólicos de este Plan garantizará una demanda en toda la cadena de valor del sector y favorecerá el empleo.
¿Qué normas UNE destacaría en su sector para la transición ecológica?
La serie de Normas UNE-EN IEC 61400 Sistemas de generación de energía eólica es el estándar para el diseño, fabricación, instalación y mantenimiento de aerogeneradores y parques eólicos.
Constituye la referencia técnica fundamental para todas las empresas del sector y es un eslabón clave de la cadena de suministro eólica, que lidera en España los ambiciosos objetivos de transición ecológica.
¿Cuál es la contribución de aelèc a la transición ecológica?
Tanto aeléc como sus socios (EDP, Endesa, Iberdrola, Naturgy y Viesgo) estamos comprometidos con la descarbonización antes del 2050. La electricidad es el vector energético capaz de alcanzar rápidamente este objetivo y al menor coste para el ciudadano. Esto implica avanzar en la electrificación de nuestra sociedad en sectores grandes consumidores de energía (transporte, industria y edificación).
¿Qué normas UNE destacaría en su sector para la transición ecológica?
La normalización ofrece soluciones armonizadas que dan certidumbre en el proceso inversor.
Destacamos tres normas: la serie UNE-EN 50708 que define requisitos armonizados para la aplicación del reglamento de ecodiseño de transformadores de potencia y promueve la eficiencia energética; la serie UNE-EN 61850 que ofrece las prestaciones y servicios para el desarrollo de las redes eléctricas inteligentes y la EA 0058:2016 Forros de protección antielectrocución de la avifauna en líneas aéreas de distribución.
¿Cuál es la contribución de ANFAC a la transición ecológica?
La industria de la automoción lleva años inmersa en la transición hacia la nueva movilidad, definida por ser electrificada, conectada, compartida y autónoma.
Como establecemos en nuestro Plan Automoción 2020-40, la descarbonización del sector es fundamental para el cumplimento de los objetivos de cero emisiones de CO2 en 2050.
Las automovilísticas están comprometidas con estos objetivos y están invirtiendo miles de millones en nuevas tecnologías más eficientes y cero emisiones.
¿Qué normas UNE destacaría en su sector para la transición ecológica?
Las Normas UNE 150008 Análisis y evaluación del riesgo ambiental y UNE-EN ISO 14001 sobre gestión ambiental, incluidas en el RD 2090/2008 de Responsabilidad Medioambiental. De acuerdo a estas, las industrias elaboran el análisis de riesgos medioambientales y constituyen la garantía financiera.
Además, destaca la UNE-EN ISO 9001, ampliamente utilizada en un sector comprometido con los estándares más exigentes.
¿Cuál es la contribución de AOP a la transición ecológica?
Desde la AOP hemos diseñado la Estrategia para la Evolución hacia los Ecocombustibles, la propuesta tecnológica del sector del refino y la distribución para su participación en la transición energética.
Representamos y defendemos el compromiso de todas las asociadas con una transición justa, un mayor bienestar para la sociedad y para que los sectores industriales compitan en conseguir la mayor reducción de CO2.
¿Qué normas UNE destacaría en su sector para la transición ecológica?
Desde la Secretaría del CTN 51/SC 3 Combustibles, AOP contribuye a la estandarización de los combustibles de automoción en España.
Las normas adoptadas permitirán, a través de mayores componentes biogénicos o combustibles sintéticos, una progresiva descarbonización del transporte.
Entre otras, en los últimos años, hemos trabajado en las siguientes normas europeas: UNE-EN 228 sobre requisitos y métodos de ensayo de la gasolina sin plomo; UNE-EN 590 gasóleo de automoción y UNE-EN 15293 combustible para automoción. Etanol (E85).
¿Cuál es la contribución de UNESID a la transición ecológica?
UNESID decidió en 2019 comprometerse a una descarbonización plena en 2050. Para ello hemos promovido medidas de mitigación del cambio climático, la mejora del aprovechamiento de los recursos hídricos y reducciones de la huella ambiental, muy especialmente promoviendo la economía circular.
UNESID es muy activo en la normalización, contribuyendo tanto en los comités de UNE o de ISO.
¿Qué normas UNE destacaría en su sector para la transición ecológica?
UNESID ha impulsado, conjuntamente con FER, la revisión de la Norma UNE 36199 de principios de los setenta para adecuar el reciclado de los residuos de acero a las necesidades de las acerías del siglo XXI.
El reciclado de acero corresponde al 75 % de la actividad siderúrgica en España. El reciclado está mucho más desarrollado en España que en el resto de Europa, alcanzándose 11 millones de toneladas de acero reciclado al año.