Impulso español a los estándares europeos sobre autenticidad de los alimentos

El MAPA y UNE han impulsado la creación de un nuevo subcomité de normalización que permitirá definir la postura española en los futuros estándares europeos en este ámbito.

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Opinión

En Europa, una vez alcanzados unos estándares de seguridad y calidad alimentaria muy elevados, los  ...

Normalización: un marco sólido y estable

Jose Miguel Herrero
Director General de la Industria Alimentaria
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

En Europa, una vez alcanzados unos estándares de seguridad y calidad alimentaria muy elevados, los Estados miembro tenemos ahora el reto de abordar la lucha contra el fraude alimentario de una manera más coordinada y disuasoria, garantizando unas prácticas leales en el comercio nacional, europeo e internacional.

Ana Díaz
Subdirectora General de Control y Laboratorios Alimentarios
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y la Asociación Española de Normalización, UNE, han impulsado la creación de un nuevo subcomité técnico de normalización sobre autenticidad de los alimentos, el primero en este ámbito en España.

 

El MAPA, a través de la Dirección General de la Industria Alimentaria, tiene entre sus objetivos la apuesta clara y firme por la producción de alimentos de calidad, en un marco de competencia leal entre operadores. Poniendo especial énfasis en la lucha contra el fraude en el ámbito de la calidad alimentaria y reforzando aspectos como la actualización de la normativa alimentaria o la investigación y el avance de las técnicas analíticas y laboratoriales.

Control de calidad alimentaria

En nuestro país, el control de la cadena alimentaria se articula a través del llamado Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria (PNCOCA), en donde se reflejan, en el Programa de Control Oficial de la Calidad Alimentaria, todos los controles de las Comunidades Autónomas que tal y como contempla la Constitución Española son las competentes en su planificación y ejecución.

 

Los objetivos de este Programa son velar por el adecuado cumplimiento de aspectos relativos al etiquetado, la información al consumidor, la trazabilidad, la composición e integridad de los alimentos, las materias primas, los ingredientes y la toma de muestras oficiales. Su universo de control, el eslabón de la industria alimentaria, es sin lugar a dudas complejo, al incluir la gran mayoría de las categorías de productos que la industria elabora, lo que requiere de un personal inspector altamente cualificado.

Normativa y trabajos

Si hablamos del marco normativo nacional, destacan la Ley 28/2015(1) para la defensa de la calidad alimentaria y el Real Decreto 1945/1983(2), por el que se regulan las infracciones y sanciones en materia de defensa del consumidor y de la producción agroalimentaria. Ambas normativas están en línea con el marco europeo, el Reglamento (UE) 2017/625 (3) de controles oficiales, en el que se refuerzan, entre otros aspectos, la lucha contra las prácticas fraudulentas y engañosas en un marco de carácter horizontal.

Además, en diciembre de 2019, fueron adoptadas las Conclusiones del Consejo Europeo sobre próximos pasos para abordar y detectar mejor las prácticas fraudulentas en la cadena agroalimentaria. En ellas se destaca la importancia de avanzar en la puesta en marcha de los Centros Europeos de Referencia para la Autenticidad y la Integridad Alimentaria, previstos en la nueva legislación. Son herramientas que el MAPA considera clave en el apoyo a las actuaciones de control, de ahí que desde la Administración Española se haya apostado firmemente por la creación de este nuevo Subcomité técnico de normalización.

Técnicas analíticas

La detección del fraude constituye un reto analítico por el elevado número y tipo de ingredientes que componen un alimento, así como por el numeroso potencial de adulterantes disponibles. Hasta la fecha, los métodos empleados para el control oficial han sido métodos “dirigidos” centrados en la detección de uno o varios compuestos.

 

La evolución de las técnicas analíticas en la última década, destacando las técnicas espectrométricas y espectroscópicas, incluidas las aplicadas al análisis isotópico, las técnicas cromatográficas y las basadas en el análisis de ADN, ha permitido el desarrollo de metodologías muy potentes que garantizan la genuinidad de los alimentos.

 

Los recientes avances en el campo de la espectrometría de masas y espectroscopía (resonancia magnética nuclear) están permitiendo, el desarrollo de aproximaciones “no dirigidas”, mediante el análisis de perfiles, con el fin de confirmar la autenticidad de los alimentos (origen geográfico o botánico), así como para detectar distintos tipos de adulteraciones (diluciones, sustituciones, mezclas, etc).

 

Esta novedosa metodología tiene como objetivo ampliar el espectro de analitos monitorizados para combatir las complejidades de las muestras adulteradas. Sin embargo, no hay que olvidar los retos analíticos a los que nos estamos enfrentando. Entre ellos, cabe destacar que son metodologías analíticas que requieren el uso de modelos estadísticos multivariables que gestionan un volumen de datos masivo. Esto implica la necesidad de disponer de herramientas informáticas muy sofisticadas y conocimientos técnicos muy específicos para tratar la minería de datos generada y poder emplear aproximaciones metabolómicas. Además, nos enfrentamos actualmente a un vacío, tanto legislativo como científico, para el desarrollo, validación y posterior aplicación en el control oficial de estas metodologías, así como la necesidad de armonizar la terminología implicada.

Las futuras normas europeas sobre autenticidad de los alimentos contribuirán al cumplimiento de  ...

Las futuras normas europeas sobre autenticidad de los alimentos contribuirán al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU

Normas europeas y españolas

En el contexto de los controles y otras actividades oficiales, la legislación europea establece que los métodos de análisis utilizados han de cumplir la normativa de la Unión y en caso de no existir, los laboratorios oficiales podrán utilizar, entre otros, los métodos disponibles que se ajusten a las normas o los protocolos pertinentes internacionalmente reconocidos, incluidos los aceptados por el Comité Europeo de Normalización (CEN).

 

A este respecto, la Comisión Europea está priorizando sus esfuerzos. Dentro de las medidas prioritarias establecidas por la UE en la detección y lucha contra el fraude, es importante destacar la creación de Centros de Referencia Europeos para la Autenticidad e Integridad Alimentaria. Sin embargo, mientras se crean estos centros, la existencia de un comité técnico de CEN, CEN/TC 460 Food Authenticity, de reciente creación, sobre autenticidad de los alimentos, es crucial y de gran utilidad. Dicho comité tiene como principal objetivo dar apoyo, a través de la elaboración de normas, a las distintas reglamentaciones europeas que luchan contra el fraude alimentario, así como la defensa de los derechos de los consumidores.

 

En este comité técnico participan expertos de todas las partes implicadas: organismos de control de la Administración pública, representantes de los consumidores, las principales asociaciones de la industria alimentaria, centros tecnológicos y universidades especializadas en el ámbito alimentario. Todos ellos aportarán su conocimiento sobre los avances tecnológicos del sector y participarán en el desarrollo, evaluación y normalización de nuevos métodos de análisis que permitirán realizar un control efectivo de la autenticidad de los alimentos. La necesidad de disponer de métodos de análisis validados y contrastados ya había sido planteada por la comunidad científica en reiteradas ocasiones y foros.

 

En el contexto de CEN se ha comenzado con la identificación y priorización de las metodologías disponibles actualmente, que se encuentran pendientes de ser normalizadas, para poder plantear su estandarización mediante una de las siguientes opciones: la adopción de normas, tanto nacionales o internacionales, como europeas; o la normalización de metodologías no cubiertas actualmente por la estandarización. Además, se ha planteado la necesidad de normalizar los conceptos de validación para métodos novedosos “no dirigidos” y se han estudiado las necesidades futuras.

 

En el ámbito nacional, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha considerado prioritario la necesidad de impulsar la creación de un nuevo subcomité técnico de normalización espejo del europeo. Por ello, se ha creado, en paralelo al CEN/TC 460, el Subcomité CTN 34/SC 10 sobre autenticidad de los alimentos de UNE.

 

El Laboratorio Arbitral Agroalimentario ha asumido el liderazgo de este grupo de trabajo de normalización que permitirá definir la postura española en los futuros estándares europeos que incluirán metodologías validadas para la verificación de la autenticidad de los alimentos.

Opinión

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Normalización: un marco sólido y estable

Jose Miguel Herrero
Director General de la Industria Alimentaria
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

En Europa, una vez alcanzados unos estándares de seguridad y calidad alimentaria muy elevados, los Estados miembro tenemos ahora el reto de abordar la lucha contra el fraude alimentario de una manera más coordinada y disuasoria, garantizando unas prácticas leales en el comercio nacional, europeo e internacional.

 

En la actualidad, se están realizando importantes investigaciones en el ámbito tecnológico para desarrollar nuevas metodologías de análisis que permitan detectar con mayor facilidad los fraudes. Pero, a pesar de que los laboratorios cuentan cada vez con técnicas analíticas más sensibles, están surgiendo nuevos retos que deben afrontarse y trasladarse desde el mundo de la estandarización.

 

Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tenemos el firme compromiso de apoyar y desarrollar todas aquellas herramientas que permitan un mejor control y lucha contra el fraude y a todos los niveles, apostando por el desarrollo de nuevas metodologías de control y la implementación de los Centros Europeos de Referencia. Una mayor coordinación tanto nacional como en la UE es sin duda necesaria para combatir de manera integral este problema.

 

Para finalizar, cabría destacar la importancia de la normalización desarrollada en cooperación con CEN a través de UNE, que proporcionará a la Unión Europea y a nuestro país un marco sólido y estable para la realización del control oficial de alimentos, donde Administraciones públicas, operadores económicos y consumidores podrán tener un referente con garantías.

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