Enfoque integral para las normas sobre atmósferas explosivas

La normativa sobre atmósferas explosivas es un campo en constante evolución que requiere la colaboración activa de todos los actores involucrados. Esta normativa es esencial para garantizar la seguridad en entornos industriales donde existen riesgos de explosiones. A medida que la tecnología avanza y surgen nuevos desafíos, la normalización desempeña un papel crucial en la prevención de explosiones y la protección de la salud y seguridad de los trabajadores, por lo que la creación y mantenimiento de un marco normativo robusto es, por tanto, esencial para garantizar un futuro más seguro en este tipo de industrias.

La participación en Comités de Normalización permite conocer e influir en los desarrollos de normas técnicas europeas e internacionales que fomentan un entorno comercial más competitivo y colaborativo. Y es que los Comités de Normalización juegan un papel fundamental, ya que su labor asegura que las normas sean relevantes y efectivas. La colaboración internacional en la normalización no solo facilita la adopción de estándares en el ámbito global, sino que también mejora la implementación de prácticas seguras en diferentes países y sectores. Esto es especialmente importante en un mundo cada vez más interconectado, donde los productos y tecnologías se utilizan más allá de las fronteras nacionales.

En España, los Comités Técnicos de Normalización que siguen de cerca las actualizaciones en normativas europeas e internacionales asegurando que las normas españolas estén alineadas con las mejores prácticas globales son:

• Comité UNE de Atmósferas potencialmente explosivas. Prevención y protección contra las explosiones (CTN-UNE 163). La secretaría la desempeña el Laboratorio Oficial J.M. Madariaga (LOM) y tiene como objetivo la normalización de los métodos de ensayo, material para uso en atmósferas potencialmente explosivas y dispositivos y sistemas para prevención y protección contra las explosiones, con exclusión del material eléctrico para atmósferas potencialmente explosivas, que está dentro del campo de actividad del CTN-UNE 202/SC 31.

• Subcomité UNE de Material eléctrico para atmósferas explosivas (CTN-UNE 202/SC 31). Está secretariado por la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AFME) y se dedica a la normalización de equipos eléctricos para atmósferas explosivas. Este subcomité trabaja en la elaboración de normas sobre aspectos fundamentales para la seguridad de estos equipos, como las envolventes antideflagrantes y los sistemas de seguridad intrínseca. Estas normas son críticas para asegurar la protección en sectores con alto riesgo de explosión, como la minería y la petroquímica.

En el ámbito nacional, las normas técnicas de atmósferas explosivas brindan apoyo al Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT), específicamente en la ITC-BT 29 “Prescripciones particulares para las instalaciones eléctricas de los locales con riesgo de incendio o explosión”.

Los Comités nacionales antes mencionados realizan un seguimiento activo a los órganos técnicos europeos de CEN y CENELEC, e internacionales de ISO e IEC, en los que se acreditan y participan expertos españoles.

En el ámbito internacional, el IEC/TC 31 tiene como objetivo elaborar normas técnicas relativas a los aparatos destinados a utilizarse cuando exista peligro debido a la posible presencia de atmósferas explosivas de gases, vapores, nieblas o polvos combustibles. A lo largo de los años, su ámbito de trabajo se ha expandido para incluir no solo equipos eléctricos, sino también aspectos relacionados con la clasificación de áreas y la gestión de riesgos en entornos potencialmente explosivos.

Las normas del IEC/TC 31 son fundamentales en diversas industrias donde pueden presentarse atmósferas explosivas, como la del petróleo y gas, química, plásticos, farmacéutica, shipping, minería y carbón. Estas normas abarcan todo el ciclo de vida de los equipos, desde el diseño y la fabricación hasta la instalación y el mantenimiento. Algunas normas relevantes incluyen:

• IEC 60079-0:2017 proporciona requisitos generales para equipos destinados a ser utilizados en atmósferas explosivas. Establece principios de diseño y construcción que minimizan los riesgos asociados.

• IEC 60079-17:2023 se aplica a los usuarios y cubre únicamente los factores directamente relacionados con la inspección y el mantenimiento de las instalaciones eléctricas diseñadas específicamente para zonas peligrosas, en las que el peligro está causado por atmósferas explosivas.

Por su parte, el CEN/TC 305 se ocupa de la estandarización en el campo de la prevención y protección contra explosiones en el ámbito europeo, incluyendo métodos de ensayo para determinar las características de inflamabilidad de las sustancias, así como el diseño y construcción de equipos y sistemas de protección.

Entre las normas más relevantes del CEN/TC 305 se encuentran:

• EN 1127-1:2019, que establece los conceptos básicos y la metodología para la prevención y protección contra explosiones, proporcionando un marco que ayuda a las organizaciones a desarrollar planes de acción efectivos.

• EN ISO/IEC 80079-34:2020, que se centra en la aplicación de sistemas de calidad para la fabricación de productos Ex, asegurando que los procesos de producción cumplan con las normativas establecidas y mantengan altos estándares de seguridad.

Estas normas son esenciales para asegurar que los productos cumplan con los más altos estándares de seguridad y rendimiento, alineándose con las mejores prácticas globales.

Los comités han definido varios objetivos estratégicos para su futuro trabajo, tales como:

• Mejorar el enfoque orientado al mercado desarrollando estándares que satisfagan las necesidades de los usuarios y fabricantes; y asegurando que las normativas sean prácticas y efectivas en el mundo real.

• Elaborar normas para condiciones atmosféricas y no atmosféricas. Aunque excluye las explosiones de sustancias explosivas, busca abarcar un amplio espectro de aplicaciones industriales, lo que facilita la adopción de estándares en diversos sectores.

• Promover un enfoque basado en el riesgo. La evaluación del riesgo se convierte en un enlace esencial entre fabricantes y usuarios, permitiendo una mejor gestión de los peligros asociados.

Ambos comités están en proceso de desarrollar normas que reflejen estas necesidades emergentes, como los métodos de ensayo para la inflamabilidad de sustancias y la certificación de competencias en personal que trabaja en ambientes explosivos.

Desde los Comités Técnicos de normalización nacionales se está realizando un esfuerzo conjunto con la finalidad de visibilizar las actividades y trabajos que desarrollan e incentivar la participación de todas las entidades relacionadas con el ámbito ATEX con la intención de potenciar la influencia de España en los organismos europeos e internacionales. Para obtener una información más detallada se puede acceder al informe sobre ”La normalización en el ámbito de las atmósferas explosivas (ATEX)”.

En conclusión, la normativa sobre atmósferas explosivas, respaldada por la labor de los Comités de Normalización y directivas europeas, proporciona una base esencial para la seguridad industrial. La participación activa en este proceso no solo mejora la seguridad en el lugar de trabajo, sino que también promueve la innovación y la competitividad en un entorno global. Al seguir evolucionando y adaptándose a los nuevos desafíos, las normas técnicas contribuirán a un futuro más seguro y sostenible para todos.

El mantenimiento de la seguridad industrial en entornos con atmósferas potencialmente explosivas es un desafío complejo que requiere de la participación activa de diversos actores (empresas, asociaciones profesionales y organismos relacionados con la normalización como el caso de UNE o el LOM, entre otros).

Desde el punto de vista de la Administración pública, el proceso de normalización realizado en los distintos Comités Técnicos de Normalización (CTN) representa un pilar fundamental en la seguridad industrial. Las normas no solo ofrecen directrices técnicas claras, sino que también garantizan el cumplimiento de los más altos estándares internacionales relativos a la calidad y la seguridad industrial, protegiendo tanto a los trabajadores como a las instalaciones.

La Administración tiene la responsabilidad de promover la implementación efectiva de estas normas, tanto con un marco regulatorio estable como mediante la vigilancia del mercado, a la par que no debe dificultar los avances tecnológicos que no perjudiquen las condiciones de seguridad, especialmente los relacionados con las necesidades emergentes en sectores críticos. Asimismo, la Administración debe tener un papel clave e integrador en el fomento de una cultura de cooperación entre los actores implicados mediante el diálogo en el seno de los CTN.

En definitiva, la normalización en atmósferas explosivas realizada en el CTN-UNE 163 y CTN-UNE 202/SC 31 debe ser vista como una alianza entre lo público y lo privado, no solo para garantizar la seguridad de todos, sino también para fomentar la innovación, la competitividad y el crecimiento en sectores altamente regulados.