Apoyo de la normalización al despliegue de las energías renovables eléctricas

La luz y el calor del sol, la fuerza del viento y la energía del agua en sus distintas formas – olas, mareas, corrientes, o embalsada – han sido elementos cruciales para el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes. Estos recursos, aparte de ser indispensables para la existencia, interpelan al ingenio, suscitando la evolución continua de su utilización. Sin duda, la conciencia medioambiental global y la previsión de escasez de combustibles fósiles han propiciado el crecimiento exponencial de soluciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables.

El contexto político y macroeconómico impulsa la transición energética. Desde la Unión Europea se marca la estrategia a medio y largo plazo, y se definen unos objetivos cuantificables, que permitirán alcanzar una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra en 2050. Se han planteado cinco dimensiones: descarbonización, eficiencia energética, seguridad energética, mercado interior de la energía e investigación, e innovación y competitividad.

Las respuestas de cada Estado miembro a esta demanda se plasman en sus Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima. En España, los objetivos apuntan a un porcentaje de renovables en la generación eléctrica del 81 % y a una potencia renovable en el mix energético de 160 GW (de un total de 240 GW).

Una de las inquietudes que comparten los subsectores es esa urgencia de regulación que sustente la materialización de las metas. Y, junto a ella, la comparación con otros sectores tradicionales, en los que las leyes, reglamentos y directivas se apoyan en distintos estándares. De ahí surgió la primera iniciativa del Foro, consistente en la elaboración de un informe de situación que recoja las políticas públicas en el ámbito europeo y nacional; así como la actividad de los comités de renovables eléctricas y otros comités vinculados. La relación entre ambas partes puede resultar beneficiosa para la Administración, normalización e industria.

El Informe Energías Renovables Eléctricas y Políticas Públicas comienza con una breve introducción a la normalización y a los objetivos del documento. Después, se profundiza en el apoyo de las normas a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El estudio Contributing to Sustainable Development Goals, que IEC publicó en 2020, puso de manifiesto que las normas elaboradas en sus comités técnicos no podían relacionarse con un solo ODS, puesto que la mayoría están centradas en productos tecnológicos que pueden abarcar varios ODS y diversas metas dentro de cada uno de ellos. A continuación, se extractan las cifras contenidas en el PNIEC que impactan en las energías renovables eléctricas, así como las medidas destacadas de la dimensión de la descarbonización y de la seguridad energética.

El núcleo del Informe lo constituyen las seis energías renovables eléctricas con actividad en los comités técnicos de normalización, comenzando por la hidroeléctrica. El comité IEC/TC 4 lleva trabajando en la estandarización de turbinas y centrales hidráulicas desde principios del siglo XX evolucionando con la tecnología; esto es, de las centrales operadas por control electromecánico a otras plantas con automatización integral y telecontrol.

Le sigue la fotovoltaica, para la que el PNIEC ha duplicado la previsión de potencia instalada para 2030, de modo que se llegaría a los 76 GW. En generación eólica también se espera un notable incremento en la potencia instalada, con retos como la repotenciación, la extensión de vida, el reciclaje de componentes y el despegue definitivo de la eólica marina. Las pilas de combustible son un agente de flexibilización y optimización del sistema energético, por su función de almacenamiento y aporte de energía a equipos, productos o instalaciones. Se materializará la instalación de plantas comerciales de energías marinas, que se apoyarán en la red internacional de laboratorios de ensayo. Por último, en energía termosolar que, junto con la hidroeléctrica, ofrece la ventaja de que es gestionable, se sigue trabajando en el ámbito de UNE y en IEC en estándares para las distintas tecnologías y componentes de las centrales.

Las conclusiones subrayan los beneficios de la participación en los CTN para todos los agentes y, particularmente, para los legisladores. El Informe quiere reforzar la visibilidad de las normas como instrumento valioso en la elaboración de documentos reglamentarios, nacionales y europeos. El Foro confía en que los nuevos desarrollos legislativos en energías renovables eléctricas se apoyen en el amplio catálogo de normas y que, así, se afiance la colaboración entre Administración, empresas y normalizadores.

Este Foro está compuesto por AeH2; AFBEL; AFME; APPA; CIDE; CIEMAT; CNH2; FENIE; IDAE; Ministerio de Industria y Turismo; Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; PROTERMOSOLAR; TECNALIA Research & Innovation; y UNEF.