La actividad de normalización ha ido evolucionando desde sus inicios para dar respuesta a necesidades cada vez más globales. En ese marco, la colaboración que el Instituto Uruguayo de Normas Técnicas (UNIT) y la normalización española han mantenido desde sus inicios ha sido clave para desarrollar proyectos pioneros en ámbitos como la accesibilidad o hacer posible que las normas internacionales ISO estén disponibles en español.
Pablo Benia
Pablo Benia ha ocupado el cargo de Director del Instituto Uruguayo de Normas Técnicas (UNIT) durante 51 años.
La invitación de un profesor que integraba la directiva del Instituto Uruguayo de Normas Técnicas (UNIT) hizo que en 1969, siendo estudiante universitario, concurriera a un Seminario, en el actual Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) organizado por la Comisión Panamericana de Normas Técnicas (COPANT) y la Organización de Estados Americanos (OEA) para “Formación de Dirigentes de Normalización”, con el compromiso a mi regreso de trabajar unos meses en UNIT. No fue así y permanecí hasta principios de este año en una actividad que por ser tan noble me resultó extraordinariamente gratificante.
Si bien la ISO se había fundado en 1947, en esa época no hacía Normas sino Recomendaciones para los ONN, que en general se referían a Simbología, Métodos de Ensayo y Muestreo, Nomenclatura, etc. Recién en 1971 empezaron a tener el carácter de Normas y se comenzaron a establecer también especificaciones para productos y servicios y en 1987 publicó la primera norma de Sistemas de Gestión, la ISO 9000.
En años anteriores, a instancias de las industrias locales, los países establecían normas diferenciándolas ex profeso de las de los otros, para cerrar sus mercados, incluso agregando exigencias innecesarias si a sus productores les beneficiaban.
Los países que adoptaban una norma extranjera sin el debido análisis podían quedar cautivos de los productos de ese origen.
Quienes trabajábamos en Normalización y buscábamos antecedentes debíamos hacer una planilla comparativa de las exigencias de las diferentes normas, entre otras: AFNOR, DIN, BSI, UNE, las norteamericanas y las de los países vecinos. Lo grave era que ante esa diversidad el comité a veces tomaba algunos requisitos de unas normas y otros de otras, por lo que generaba una nueva norma que no coincidía con ninguno de sus antecedentes.
Por más que tampoco era como hoy, IEC dada su antigüedad (1906), ofrecía normas de especificaciones, pero el extravagante costo de su membresía para los países pequeños y en desarrollo, la hacía inaccesible.
En el ámbito regional, tanto COPANT como CEN se fundaron en 1961. COPANT hasta los años ochenta elaboró normas a gran ritmo (llegó a las 1.300) pero la imposibilidad de concretar un Mercado Común Americano llevó a reducir al mínimo esa actividad, reorientarse a otros aspectos de interés para sus miembros y estrechar y formalizar convenios con ISO e IEC, que le habían sido esquivos, que tuve el honor de firmar en carácter de su Presidente en 1994, lo que ha permitido mantener estrechísimas relaciones interinstitucionales.
Por el contrario, el CEN, que inicialmente no tuvo mayor actividad normalizadora, a partir de mediados de 1970, ante la consolidación del Mercado Común Europeo y la demanda de normas que realmente sustituyeran las nacionales, intensificó su elaboración.
Respuesta a la globalización
A lo largo de estos años ha habido un crecimiento notable del comercio internacional hasta llegar a la Globalización y es así que las grandes empresas, que inicialmente fabricaban y exportaban desde sus países de origen, se fueron transformando en trasnacionales, a veces ensambladoras de componentes fabricados en distintos países.
Del interés en tener normas nacionales diferentes, se pasó al interés en que las normas fueran internacionales.
Obviamente, por su tecnología y recursos, los países más desarrollados tienen las mayores posibilidades de participar e influenciar en ellas en todas las de su interés. Aunque limitados por su condición, los países en desarrollo también tienen posibilidad de participar, particularmente en ISO, aunque sea en los temas que más los afecten o interesen pero, aunque no pudieran hacerlo, son igualmente beneficiados por la unificación que implican las normas internacionales.
En UNIT si hay una norma internacional en la que se participó generalmente se adopta y cuando se estudia una nueva norma y hay una internacional debe analizarse la posibilidad de su adopción textual, si no es posible, porque tiene aspectos que se consideran inconvenientes, por lo menos circunstancialmente, se mantiene el texto integro de la norma internacional y se hacen las salvedades nacionales mediante notas o apéndices. De esta forma, siempre está a la vista el apartamiento para su posible reconsideración.
Actualmente, por la pandemia, las reuniones por medios informáticos han aumentado la posibilidad de participar en ISO e IEC a quienes tienen menores recursos.
Contacto con la normalización española
UNIT inicia su actividad en 1939, como organización privada sin fines de lucro y si bien IRANOR (predecesor de AENOR y UNE) se crea en 1935, guerra civil mediante, no comienza a operar hasta 1946 pero salvo el intercambio de normas no teníamos mayores contactos.
En 1981 conocí a su Director, Carlos Cerquella en la Asamblea de COPANT en Asunción y en 1982, por un programa de Naciones Unidas conducido por el CDTI, sus instalaciones y trabé relación con Alberto Urtiaga y el Profesor Cordero, con quienes conversamos sobre cómo era conveniente encarar la Normalización y Actividades Conexas en nuestros países.
En 1986 en la Asamblea de COPANT en Antigua Guatemala asistió Alberto Urtiaga, quien nos comunicó la creación de AENOR y su interés en COPANT.
Al año siguiente en Caracas, tuvimos la grata presencia de su Director General, Ramón Naz, quien inmediatamente manifestó su total disposición a colaborar con COPANT y con todos y cada uno de sus miembros, en ese momento todos latinoamericanos, (se había retirado transitoriamente USA y aún no habían ingresado los países isleños del Caribe y Canadá).
También solicitó integrar COPANT como miembro adherente, lo que fue seguido al poco tiempo por los ONN de Portugal, Italia y Francia, membresía que en ese momento, entre otras, cosas implicaba un apoyo económico significativo.
De ahí en adelante contamos con su presencia en prácticamente todas las Asambleas hasta su retiro, de Avelino Brito mientras ocupó el cargo, de Javier García inicialmente como Director de Normalización de AENOR y luego como Director General de UNE.
El español en las Asambleas de ISO
En 1989, en la Asamblea de COPANT en Montevideo que conmemoraba los 50 años de UNIT, dada la presencia del Secretario General de ISO, Larry Eicher, Ramón Naz ofreció realizar en 1991 las Asambleas de IEC e ISO en forma simultánea en Madrid (única vez que ocurrió) y un Seminario ISO-AENOR sobre ISO 9000 en Cuba para todos los miembros de COPANT.
En 1992 con Motivo de los 500 años, invitó a realizar la Asamblea de COPANT en Santiago de Compostela, la primera fuera de América.
En 1996 en la Asamblea de ISO en Londres, gracias a la propuesta de AENOR que implicaba hacerse cargo de los gastos (actualmente a medias con COPANT), el apoyo de todos los latinoamericanos y ONN amigos, se concretó la aspiración de que el español fuera utilizado en las Asambleas de ISO.
La colaboración de AENOR con COPANT y sus miembros fue continua. En 2007 la Asamblea en Cartagena, expresó por aclamación su “Reconocimiento a título institucional a AENOR y a título personal a Ramón Naz por su permanente cooperación y amistad hacia COPANT y sus miembros y al mérito que les cabe en la cada vez mayor aceptación del idioma español en la ISO”
Aun cuando ya se estaba trabajando en estrecha colaboración con AENOR, en 1991, en ocasión de la Participación de Ramón Naz en un encuentro Mercosur se firmó el primer convenio AENOR- UNIT
A partir de 1993 AENOR brindó a UNIT todos los años el curso de Formación de Auditores de Calidad. Hasta la fecha 29 cursos, que permitieron formar 702 personas, auditores y docentes de UNIT Incluidos. También seis de Formación de Auditores Ambientales y uno de Seguridad y Salud Ocupacional.
En 1995, con la participación de AENOR, se certificaron en forma conjunta las seis primeras empresas en Uruguay en ISO 9000 y en 1998 la primera en ISO 1400. Desde esas certificaciones los auditores de UNIT son calificados por AENOR, por lo que han certificado a nombre de ambas instituciones en Uruguay y otros países latinoamericanos.
Técnicos de AENOR también dictaron en Uruguay los primeros cursos sobre: Huella de Carbono; Validación de Mecanismos de Desarrollo Limpio; Eficiencia Energética, así como conferencias sobre: Innovación y Normalización; Bonos de Carbono; Calidad en Turismo; Normalización y Certificación en la Unión Europea; Servicios de Salud; Ciudades Inteligentes; Certificación después de ISO 9000; etc.
En 1995, Jesús Larrañaga Presidente de AENOR dictó una conferencia sobre la Importancia de la Normalización y la Calidad durante un almuerzo en la actual sede del Mercosur dirigida a autoridades y empresarios.
En 1997, UNIT que tenía a su cargo el comité COPANT de Accesibilidad al medio físico, desde su creación en 1992, invitó a AENOR a participar a una reunión del mismo en Montevideo. Como resultado AENOR creó su comité nacional y se acordó presentar en forma conjunta la propuesta de estudiar normas ISO al respecto, lo que fue aprobado en la Asamblea de Milán del 2000.
Este comité lo presidió Eduardo Alvarez de UNIT hasta la aprobación de la norma ISO 21542 en 2011 y la secretaría quedó a cargo de AENOR.
El trabajo realizado entre un ONN de un país en desarrollo y otro desarrollado fue, según el Secretario General de ISO, el primer antecedente de lo que hoy son los “twinings arrangements” y nos solicitó a Ramón Naz y a mí, que en la Asamblea de ISO de Otawa en 2006 hiciéramos una presentación al respecto.
Para UNIT, UNE es un referente en Normalización, por sus propias normas, porque es gracias a quien accede a las normas CEN y CENELEC, es quien coordina todos los grupos de traducción de normas ISO al español, con quien chequea las traducciones de las normas que va a adoptar y que ha colaborado desde su creación con todos los ONN latinoamericanos.
En definitiva, la estrecha relación y el trabajo conjunto de UNIT y UNE durante todos estos años ha tenido un impacto muy positivo en la mejora de la economía y el bienestar social en Uruguay, en beneficio de todos.