El nuevo Informe UNE “Apoyo de la Normalización a la eficiencia y ahorro energéticos” ofrece una visión de las áreas de normalización destacadas en el ámbito de la eficiencia y ahorro energéticos que inciden en los objetivos de clima y energía de la sociedad actual.
La normalización ofrece herramientas que apoyan los objetivos de eficiencia y ahorro energéticos establecidos por las políticas nacionales y europeas. La adecuada gestión de la energía, la eficiencia energética de los productos, el sector de la edificación y el transporte, y el apoyo al despliegue de renovables constituyen los principales puntos de actuación en este ámbito y reflejan el primer objetivo de la Estrategia UNE 2025 de aportar soluciones a los retos de la sociedad.
La Estrategia Europea de Normalización impulsa el papel de las normas como vector de apoyo para conseguir un mercado europeo más resiliente, ecológico y digital. En la vertiente ambiental, las normas sobre el uso y origen eficientes de la energía se unen a las que apoyan la economía circular, la reducción de emisiones, la adaptación al cambio climático o la gestión del agua para contribuir a estos objetivos.
En este marco, el nuevo Informe UNE “Apoyo de la Normalización a la eficiencia y ahorro energéticos” reúne las múltiples áreas que contribuyen a estas metas y proporciona una rápida visión de las normas existentes. Estas normas están impulsadas, en muchos casos, por la Comisión Europea a través de las correspondientes solicitudes de normalización; y referenciadas en documentos legislativos nacionales y europeos para establecer los requisitos y metodologías necesarios para alcanzar los citados objetivos.
La Estrategia Europea de Normalización impulsa el papel de las normas como vector de apoyo para conseguir un mercado europeo más resiliente, ecológico y digital
El contenido de dicho informe está a disposición de profesionales y entidades privadas y públicas que busquen referencias contrastadas aplicables para progresar en la transición energética. A continuación se analizan algunos de los ámbitos y normas que contiene este documento.
Como punto de partida, contar con un adecuado sistema de gestión de la energía (UNE-EN ISO 50001) y realizar una auditoría energética correcta (UNE-EN 16247) son dos actuaciones clave para que las organizaciones progresen en la optimización del uso de la energía. En este mismo plano, el mercado de los servicios energéticos requiere de contratos energéticos claros y completos (UNE-EN 17669) a la vez que se facilita al cliente final la identificación de los proveedores de servicios energéticos más adecuados a su necesidad (UNE 216701).
Pasando a ámbitos específicos, optimizar el consumo de energía de los edificios es uno de los grandes retos de las políticas públicas. En esta línea, la recientemente publicada Directiva de eficiencia energética de los edificios (EPBD) hace referencia a normas como la EN ISO 52000-1 sobre la evaluación global de la eficiencia energética de los edificios; la EN ISO 52016-1 que proporciona métodos de cálculo de las necesidades energéticas de los edificios; EN 16798-1 sobre diseño de los sistemas de ventilación, o la norma EN 15978 para la evaluación del potencial de calentamiento global con una perspectiva de ciclo de vida. Asimismo, hay que destacar otras normas sobre los sistemas de calefacción y ACS (UNE-EN 15378) o el aprovechamiento de la iluminación natural (UNE-EN 17037), lo que permite mostrar algunas de las áreas que cuentan con un apoyo importante en forma de normas existentes.
En el campo de la generación de la energía, la normalización contribuye a los objetivos del contexto europeo y nacional impulsando la transición hacia fuentes renovables
La digitalización aplicada a la edificación es otra de estas áreas donde destacan las normas orientadas a la interoperabilidad de los productos y sistemas de automatización y control (UNE-EN 14908, UNE-EN 50491 o UNE‑EN IEC 63044), a la gestión de la información en los modelos digitales BIM (UNE-EN 16950) y a la declaración de prestaciones digital (UNE 41316). UNE está liderando un proyecto de norma europea sobre evaluación de la eficiencia energética operacional (en servicio) de los edificios. Asimismo, áreas consolidadas como la de los aislantes térmicos, cerramientos de huecos, generadores y emisores de calor, o lámparas y productos asociados cuentan con normas fundamentales para alcanzar los objetivos de eficiencia energética de los edificios.
La movilidad sostenible es otro de los grandes desafíos en materia energética. Por ello, están en marcha distintas estrategias que conllevan sus propios retos. Por un lado, la adaptación de los vehículos a los nuevos vectores energéticos requiere de unos requisitos de seguridad (UNE-EN ISO 17409), comunicación (UNE-EN ISO 15118) y elementos de conexión (EN ISO 12617) adecuados. Enfoques más asentados como la movilidad basada en gas natural conviven con tecnologías más recientes, como las tecnologías del hidrógeno.
Cuentan con el apoyo de normas que definen, por ejemplo, los requisitos de las infraestructuras necesarias (UNE 60630 o UNE-EN ISO 16923 en el primer caso; y UNE-EN 17127 o UNE-ISO 19880 en el segundo). La introducción de nuevas soluciones de transporte, como los vehículos eléctricos de movilidad personal, hace necesario establecer un lenguaje común y unos requisitos de seguridad propios (UNE-EN IEC 63281 o UNE-EN 17128).
La legislación en materia ecodiseño y etiquetado energético de producto representa otro amplio ámbito de actuación. Este conjunto reglamentario establece los requisitos de eficiencia energética y de la información sobre consumo energético que se traslada al usuario apoyándose en normas para multitud de familias de producto, tanto de uso industrial como doméstico (equipos informáticos, electrodomésticos, ascensores, neumáticos, ventanas, calderas, etc.).
En el campo de la generación de la energía, la normalización contribuye a los objetivos del contexto europeo y nacional impulsando la transición hacia fuentes renovables. En el ámbito de las renovables de uso eléctrico, es necesario establecer los requisitos básicos de diseño, construcción y homologación para las distintas tecnologías. En relación con los sistemas de energía solar fotovoltaica, más de 100 normas recogen aspectos como la calificación del diseño, homologación y requisitos de seguridad de los módulos fotovoltaicos (UNE-EN 61215, UNE‑EN 62108 o UNE-EN 5853).
Las normas de sistemas de generación de energía eólica abordan la idoneidad del recurso y el emplazamiento, requisitos de diseño, modelado e ingeniería, técnicas de ensayo y medida, operación y mantenimiento, subsistemas eléctricos, estructuras de soporte, sistemas de comunicación y aspectos ambientales (serie UNE-EN 61400). Las tecnologías de pila de combustible cuentan con el apoyo de normas que definen la terminología, requisitos de diseño y seguridad, y ensayos sobre funcionamiento, rendimiento o interoperabilidad (serie IEC 62282).
Las normas que se incluyen en el Informe “Apoyo de la Normalización a la eficiencia y ahorro energéticos” contribuyen al cumplimiento de los siguiente Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU
Por otro lado, en el campo de las energías marinas (conversión de energía de las olas, las mareas y otras corrientes de agua en energía eléctrica) encontramos normas sobre requisitos de diseño, despliegue, puesta en marcha, operación mantenimiento, recuperación o desmantelamiento (serie IEC 62000). En cuanto a centrales termosolares, destacan las normas sobre componentes específicos de estas instalaciones (serie IEC 6282) o sobre la verificación de las prestaciones y criterios de diseño e instalación (UNE 206010, UNE 224001). Los sistemas de almacenamiento de energía eléctrica son otra pieza fundamental de la transición energética que se ve apoyada por una actividad de normalización destacada.
Las energías renovables de uso térmico cuentan con numerosas normas UNE que proporcionan referencias útiles para prescriptores, fabricantes, diseñadores y usuarios. La definición consensuada de los requisitos sobre sistemas solares térmicos y sus componentes (serie UNE-EN 1976), criterios de sostenibilidad para la producción de biocombustibles y biolíquidos para aplicaciones energéticas (serie UNE-EN 16214), o especificaciones y clasificación de los biocombustibles sólidos (UNE-EN 15234, UNR-EN ISO 17225) facilitan el desarrollo de estas tecnologías. Igualmente destacan las normas que abordan la caracterización y especificaciones de los combustibles sólidos recuperados, requisitos y métodos de ensayo de combustibles alternativos (UNE-EN 14214, UNE-EN 16734) o la metodología para obtener el balance energético de bombas de calor (UNE 100619).