Seguridad y salud: imprescindibles para el trabajo

Los accidentes laborales o a las enfermedades mortales vinculadas al trabajo no deben ser considerados tan solo como una estadística numérica. Detrás de cada una de ellas hay una pérdida y un drama familiar. Se trata de muertes que se podrían haber evitado y que hay que prevenir en el futuro porque la seguridad y la salud son indispensables a la hora de poder concluir: buen trabajo.

La prevención de riesgos laborales se caracteriza por un marco legislativo extenso, un elevado número de agentes intervinientes y un escenario en permanente evolución, por lo que es primordial disponer de un entorno de trabajo de referencia que establezca y desarrolle objetivos consensuados por todos los interlocutores y que sirva a las Administraciones Públicas para ordenar sus actuaciones de manera coherente y eficiente. La aplicación de directrices comunes y compartidas en el entorno laboral favorece la consecución de resultados y con esa finalidad se han elaborado normas técnicas, que se configuran como un instrumento de colaboración público-privada con el objeto de garantizar el derecho de las personas a la seguridad y salud en el trabajo.

La aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en el año 1995, supuso el punto de partida para el desarrollo del sistema de seguridad y salud en el trabajo de nuestro país, que desde entonces se ha perfeccionado hasta alcanzar un adecuado funcionamiento y que aún mejorable. Los progresos realizados se constatan con la reducción de los accidentes de trabajo que se viene produciendo desde el año 2000, por primera vez de manera continuada y sostenida durante más de dos décadas. Para mantener y reafirmar esta tendencia, es preciso que todos los elementos del sistema actúen de manera eficiente y coordinada, por lo que es objetivo de la Normalización el incidir específicamente en aquellos que puedan mejorarse, como la normativa en prevención de riesgos laborales y su aplicación, las entidades con responsabilidad en seguridad y salud en el trabajo, los órganos consultivos y de participación institucional y los sistemas de investigación, formación e información, que de manera directa se pueden integrar en el sistema de Normalización.

La multitud de intervenciones en materia de seguridad y salud en el trabajo llevadas a cabo por los distintos agentes e instituciones competentes viene a poner de manifiesto el compromiso y la intensa labor realizada para la mejora de las condiciones de trabajo. Sin embargo, la dispersión e individualidad, que muchas veces caracteriza a las mismas, produce pérdida de efectividad en los resultados obtenidos y justifica la necesidad de que la actividad de los comités de normalización de UNE impulsen nuevas herramientas que orienten las actuaciones de una manera convergente y bajo los principios de participación, coordinación y eficacia. El Informe de UNE Buen Gobierno de las organizaciones incluye dos normas que son fundamentales para ayudar a las organizaciones en este ámbito: la ISO 45001 de Sistemas de gestión de salud y seguridad en el trabajo, y la UNE-ISO/PAS 45005 con directrices generales para un trabajo seguro durante la pandemia COVID-19.

La Norma ISO 45001:2018 es la primera norma de la Organización Internacional de Normalización (ISO) sobre la seguridad y salud en el trabajo (SST). Y en sus cuatro años de vida se ha convertido en una de las normas más utilizadas en el mundo, mejorando drásticamente los niveles de seguridad en el puesto de trabajo. Diseñada para ayudar a las organizaciones de todos los tamaños y sectores a crear un entorno de trabajo seguro para sus empleados, esta norma fue considerada como revolucionaria por los profesionales de la SST. Se dirige a los máximos responsables de las organizaciones y pretende crear un lugar de trabajo seguro y saludable para los empleados y para cualquier persona que acceda a las organizaciones. Para lograrlo, es crucial controlar todos los factores que puedan provocar enfermedades, lesiones y, en casos extremos, la muerte, mitigando para ello los efectos adversos en el estado físico, mental y cognitivo de las personas.

La gran novedad de la Norma ISO 45001 fue que se centró en la interacción entre una organización y su entorno de negocio, mientras que el estándar anterior empleado para la gestión de la seguridad y salud en el trabajo, OHSAS 18001, se ponía solo el foco en la gestión de los riesgos de SST y otros aspectos internos. Las ventajas de la Norma ISO 45001 son ilimitadas, siempre y cuando se implemente correctamente. Aunque la norma obliga a abordar y controlar los riesgos de SST, también adopta un planteamiento basado en riesgos en cuanto al propio sistema de gestión de SST con el fin de garantizar su eficacia y su mejora continua en línea con el contexto siempre cambiante de una organización. Además, también garantiza el cumplimiento de la legislación global actual. Todas estas medidas combinadas fomentan la reputación de una organización como un lugar seguro para trabajar, con todo tipo de ventajas derivadas, tales como la reducción de las primas de seguros y la motivación del personal. Todo ello a la vez que cumple sus objetivos estratégicos.

Estos puntos representan un cambio considerable en la forma en que se percibe la seguridad y salud en el trabajo, ya no se trata como un factor aislado, sino que debe contemplarse desde la perspectiva de gestionar una organización fuerte y sostenible.

Posteriormente a la ISO 45001, se han publicado varias normas de la misma serie. La primera de ellas adoptada por UNE como UNE ISO/PAS 45005:2020 Gestión de la seguridad y la salud en el trabajo. Directrices generales para un trabajo seguro durante la pandemia de COVID-19, es una guía genérica de directrices cuyo objetivo fue dar respuesta a la pandemia y al riesgo que representaba para la salud, la seguridad y el bienestar de las personas en cualquier tipo de organización, independientemente de la naturaleza, tamaño o complejidad de su actividad.

La última de las normas publicadas fue la ISO 45003:2021 Gestión de la seguridad y salud en el trabajo. Seguridad y salud psicológicas en el trabajo. Directrices para la gestión de los riesgos psicosociales. El principal objetivo de esta norma es que la gestión de los riesgos psicosociales tenga un enfoque estratégico en el ámbito organizacional y no exclusivamente desde una visión del departamento de Seguridad y Salud o de Recursos Humanos.

La norma aporta información sobre cómo reconocer los peligros psicosociales que pueden afectar a los trabajadores, incluidos los que surgen del teletrabajo. Además, aporta ejemplos de acciones efectivas que pueden utilizarse para gestión y mejora del bienestar de la plantilla. Asimismo, facilita información sobre lo que es importante que las organizaciones consideren en relación con la sensibilización sobre los riesgos psicosociales, el desarrollo de competencias en la gestión de los riesgos psicosociales, el apoyo a la recuperación, el regreso al trabajo y la planificación y respuesta a situaciones de emergencia.

La mejora de las condiciones de trabajo reduce el coste derivado de los accidentes laborales y las enfermedades profesionales y, por tanto, debe servir de catalizador para el incremento de la productividad de las empresas, el crecimiento económico, la generación de empleo y para mejorar la calidad de vida de los trabajadores. El bienestar en el trabajo solo puede lograrse con una verdadera implicación y compromiso de todos, por lo que la normalización moviliza para la consecución de estos objetivos a todos los agentes implicados, promoviendo la integración de la prevención de riesgos laborales en el conjunto de las actuaciones a nivel público, así como a las organizaciones empresariales y sindicales más representativas, imprescindibles para lograr una mayor aproximación de las políticas preventivas al entorno laboral. La normalización se asienta en el convencimiento de que la prevención y la colaboración son dos valores fundamentales que deben guiar toda acción preventiva. La prevención es el medio más eficaz para reducir los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, y la colaboración entre los poderes públicos, empresarios y trabajadores favorece e impulsa la mejora efectiva de las condiciones de trabajo.

Empleados, directivos y propietarios de negocios persiguen un objetivo común: evitar que ningún profesional sufra daños en su puesto de trabajo. La productividad aumenta cuando se garantiza que las personas trabajan en lugares en los que existe transparencia y se fomenta la confianza en toda la cadena de operaciones y suministro. Además, seguir unas prácticas responsables es cada vez más importante para las marcas y su reputación.

Asimismo, hay que destacar que las medidas implementadas en torno a los protocolos frente a la COVID-19 fueron mucho más amplias que los requerimientos establecidos desde los organismos oficiales para las empresas con el único fin de proteger lo máximo posible la salud de los profesionales.