La agenda climática mundial

Desde la primera Cumbre de la Tierra de 1972 hasta el Acuerdo de París en 2015, el esfuerzo por abordar el cambio climático mediante la reducción del calentamiento global debe acelerarse y potenciarse aún más para aumentar su impacto. ISO se encuentra en una posición única para poder trasladar a todas las partes involucradas el conjunto de normas técnicas que incluyen soluciones para abordar esta situación de forma duradera.

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ISO Focus
La revista de ISO, la Organización Internacional de Normalización, se llama ISOfocus y es bimestral. Aquí se reproducen algunos contenidos. ISOfocus incluye artículos, reportajes y entrevistas que muestran los beneficios de la aplicación de las normas internacionales. Bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.5 CH)
Sandrine Tranchard

Desde la Cumbre de la Tierra de Naciones Unidas en Estocolmo de 1972, científicos, gobiernos y organizaciones de todo el mundo han resaltado las amenazas críticas para los parámetros ambientales. A esta cumbre le siguieron otras iniciativas internacionales, tales como el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que merman la capa de ozono de 1986, y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) creado en 1988 para ofrecer a los legisladores una evaluación periódica de la base científica del cambio climático, sus impactos, y riesgos y opciones de adaptación y mitigación.

 

El proceso de las acciones encaminadas a reducir el calentamiento global comenzó en la década de 1990 con el nacimiento de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1994. Los países firmantes se reúnen anualmente en las Conferencias de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) para avanzar en el debate climático. Estas cumbres constituyen la reunión formal de las partes (o países) firmantes de la CMNUCC. Se centran en evaluar los avances logrados frente al cambio climático y, desde mediados de la década de 1990, negociar el Protocolo de Kioto para establecer obligaciones vinculantes de los países desarrollados para reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

 

La COP21 de diciembre de 2015 se hizo famosa por ser la antesala de la firma del Acuerdo de París, que establece un plan global para limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2°C. Estos planes globales eran ya apremiantes y las normas internacionales son parte integrante de la solución. Nick Blyth, Vicepresidente del Equipo de trabajo del Comité de coordinación de cambio climático de la Junta de Gestión Técnica de ISO (ISO/TMB/CCCC TF), explica por qué son tan importantes las normas internacionales y el potencial de los estados miembro y los legisladores en el apoyo de la norma marco del cambio climático. “Todos los países del mundo han suscrito el Acuerdo de París, lo que no solo supone el compromiso de los gobiernos, sino que refleja un impulso sin precedentes para la acción de las ciudades, empresas y comunidades (los así llamados agentes no estatales). Para estos agentes y sus gobiernos, las normas internacionales desempeñan un papel único, ya que marcan el camino para construir normas, marcos y herramientas eficaces, todos ellos asentados en el consenso internacional y capaces de sustentar la transformación económica y el crecimiento de nuevos mercados y tecnologías”, explica Blyth.

Hacer uso de nuestra fortaleza

El papel de las normas ISO en la crónica del cambio climático también ha evolucionado. 1996 marcó un primer paso con la publicación de la ISO 14001 sobre gestión ambiental. Los miembros y comités técnicos de ISO están evaluando la forma de abordar los aspectos del cambio climático en sus respectivas áreas de normalización. José Luis Hernández, Secretario del ISO/TMB/CCCC TF, explica que “ciertos comités han creado incluso grupos de trabajo para identificar y abordar aspectos del cambio climático. También existe una marcada tendencia a centrarse en la adaptación al cambio climático. Tradicionalmente, las normas ISO sobre el cambio climático se centraban esencialmente en la mitigación”.

 

La cuantificación, monitorización y documentación de las emisiones de GEI, así como la promoción de buenas prácticas de gestión ambiental y diseño son solo algunas de las formas en que las normas internacionales ISO ayudan a las organizaciones a responder al cambio climático. ISO ha elaborado más de 600 normas relacionadas con el medio ambiente, incluidas las que ayudan a abrir los mercados mundiales a las energías limpias y las tecnologías energéticamente eficientes, además de apoyar los programas de adaptación y mitigación frente al cambio climático.

 

Blyth recalca que las normas ISO están focalizadas en la mitigación del cambio climático y aportan planteamientos creíbles y aceptados a la hora de medir y contabilizar las emisiones de GEI, junto con las normas de sistemas de gestión, que ayudan a las organizaciones a planificar y emprender medidas eficaces. “Para seguir ayudando a los agentes a luchar contra el cambio climático y responder a sus impactos, tenemos bien avanzado el trabajo de desarrollo de una nueva norma marco de adaptación, además de otros dirigidos a evaluar la vulnerabilidad y el riesgo, y un marco para las medidas climáticas. Sin embargo, las oportunidades no se limitan a estas normas específicas y fundamentales. Se está desarrollando una amplia variedad de normas de uso general y, bajo una nueva directriz, también harán su aportación a la adaptación frente al cambio climático y la reducción del carbono”, apunta Blyth.

ISO también está desarrollando nuevas normas internacionales marco para ayudar a los agentes públicos y privados a responder a los objetivos climáticos en línea con el Acuerdo de París

La solución está en las normas

ISO también está desarrollando nuevas normas internacionales marco para ayudar a los agentes públicos y privados a responder a los objetivos climáticos en línea con el Acuerdo de París. Hernández afirma que “la finalidad de estas normas es establecer un marco y un conjunto de principios para las metodologías sobre acciones climáticas, adaptación al cambio climático y evaluación y documentación de inversiones y actividades de financiación relacionados con el cambio climático”. Estas nuevas normas servirán como una herramienta eficaz y transparente para comunicar los resultados y asignar recursos para alcanzar los objetivos de cambio climático de las organizaciones y los gobiernos, que marcan la transición a una sociedad de bajo carbono y resistente al clima, además de mejorar la eficacia de los programas climáticos.

ISO también celebró un evento paralelo en la COP23 y presentó diversas normas relacionadas con el cambio climático. A este respecto, Hernández comenta que “tuvimos la oportunidad de presentar parte del trabajo que ISO está realizando en áreas como medio ambiente y gestión de la energía, adaptación al cambio climático, financiación del cambio climático y medidas climáticas, además del papel que las normas internacionales tienen en apoyo a los agentes no estatales en consideración del Acuerdo de París. A este respecto, el interés y participación creciente de los agentes no estatales y no firmantes para responder al cambio climático es cada vez más relevante”.

Las mejores ideas como base

Marsha Cheddi, Jefa de equipo del Programa de Mecanismos de Desarrollo Sostenible de la Secretaría de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, recalca la importancia de los marcos de cuantificación, monitorización, verificación y documentación a la hora de registrar los avances en pos de los objetivos climáticos. A criterio de Cheddi, los eventos paralelos a la COP pueden reunir a diversas partes interesadas en cuestión de clima para compartir información y experiencias, como partes firmantes e interesados no firmantes, empresas del sector privado, municipios, organizaciones intergubernamentales, inversores y organizaciones del sector civil. “Un organismo como ISO puede aprovechar un evento paralelo, por ejemplo, para explicar sus normas actuales y en ciernes. Este evento podría ser fuente de ideas importantes sobre cómo emplear las normas existentes y futuras en la respuesta al cambio climático”, afirma Marsha Cheddi.

 

Una de las tareas más importantes de la COP24, prevista para diciembre de 2018 en Polonia, será desarrollar y adoptar un paquete de decisiones en apoyo a implementación del Acuerdo de París. Está claro que las organizaciones de normalización pueden realizar aportaciones considerables. Cheddi explica que “en la COP24 se espera que las partes finalicen el manual operativo para la implementación del Acuerdo de París. Su eslogan, Más allá, más rápido, juntos lo dice todo. Deben participar todos –sectores público y privado, partes firmantes y agentes no firmantes– para dar un nuevo impulso a las medidas para responder a los objetivos del Acuerdo de París. La contribución de un organismo de normalización como ISO puede permitir anticiparse a las necesidades de las partes interesadas y crear nuevas normas, o mejorar las existentes, así como buscar formas de apoyar el proceso. Por ejemplo, al leer las conclusiones de cada sesión de negociaciones, las partes interesadas pueden conocer si las partes firmantes han acordado pedir sus aportaciones a partes no firmantes. Este tipo de participación es fundamental para apoyar la respuesta internacional al cambio climático”. ISO debe aprovechar estas oportunidades para dejar constancia de sus aportaciones.

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