La biodiversidad, instalada en los ejes de las principales políticas sobre sostenibilidad y recuperación, constituye un nuevo campo de normalización internacional. El Comité UNE de Biodiversidad permite conocer de primera mano el progreso de estos estándares internacionales y trasladar a estas normas las iniciativas y buenas prácticas desarrolladas en nuestro país.
Nos encontramos en un estado de emergencia planetaria: la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas se están acelerando a un ritmo sin precedentes, amenazando la prosperidad, el bienestar y la salud humana. Es preciso actuar de forma urgente y decidida.
A la hora de poner el foco en las prioridades que marcan y marcarán las agendas empresariales y políticas en materia de sostenibilidad de los próximos años, la biodiversidad se sitúa como uno de los aspectos con mayor presencia en el orden del día de empresas y organizaciones comprometidas con la transición ecológica la recuperación verde.
El sistema que conforman las distintas especies animales y vegetales proporciona una serie de servicios clave para nuestro desarrollo sin los que es difícil concebir el progreso industrial y económico de la sociedad actual. La salud de la biodiversidad tiene influencia en nuestra propia salud y bienestar, ya sea por ser una fuente de medicamentos para múltiples enfermedades (incluyendo algunas de las más graves), por tener una correlación directa con el estado del medio ambiente que nos rodea, por ser una herramienta esencial en la lucha contra el cambio climático (tanto como estrategia de mitigación de las emisiones como de adaptación a los efectos severos del clima), la fuente básica de nuestra alimentación, de la ropa que vestimos… Su relevancia en el plano económico e industrial también es evidente por su relación con la disponibilidad de múltiples recursos, siendo para diversos países un factor estratégico en sus economías nacionales.
Por ello, su adecuada conservación, evaluación y restauración ha ocupado un punto destacado en las agendas internacionales desde hace años y tiene una consideración explícita en los ejes políticos que encauzan nuestro desarrollo para los próximos años. En el plano europeo, el Pacto Verde, la Estrategia EU sobre Biodiversidad para 2030 o el Reglamento sobre Taxonomía de Finanzas Sostenibles y en el plano nacional el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia o la Ley 7/2021 de Cambio climático y Transición energética, por citar algunas iniciativas recientes, son prueba de ello.
La actividad de normalización, el desarrollo de normas o estándares reconocidos mediante el consenso entre las entidades relevantes en un ámbito determinado, hace tiempo que amplió su alcance desde temas tradicionales (como pueden ser la seguridad industrial y calidad de producto) a ámbitos que se escapan de los límites de uno u otro sector. Concretamente, los objetivos globales de avanzar hacia una transición ecológica que haga sostenible el desarrollo económico han tenido su reflejo en la puesta en marcha, en los últimos años, de ámbitos de normalización transversales como economía circular, finanzas sostenibles o, el que es objeto de este artículo: la biodiversidad.
Y es que, la biodiversidad es uno de los elementos clave en los objetivos globales y nacionales en materia de sostenibilidad; y su protección y uso sostenible ganan presencia día a día tanto en las políticas públicas como en las estrategias de las empresas. Las recientes iniciativas para el desarrollo de normas técnicas en este ámbito nacen con el objetivo de contribuir de forma efectiva y práctica a esta meta mediante la definición de criterios consensuados internacionalmente en el proceso abierto a la participación de todas las partes propio del sistema de normalización.
Las no muy numerosas normas existentes que incluyen aspectos relacionados con la biodiversidad lo hacen como elementos adicionales dentro de normas centradas en requisitos o buenas prácticas de actividades o productos concretos. Sin embargo, recientemente se han puesto en marcha iniciativas de normalización que consideran la biodiversidad, no como un aspecto secundario o un impacto que hay que mitigar como parte de otra actividad, sino situándola en el centro de la actividad de normalización.
Con este objetivo se ha puesto en marcha un comité de normalización en la Organización International de Normalización (ISO), el ISO/TC 331 Biodiversity, que arrancó su actividad en 2021 con la novedad de ser el primer comité de normalización para la consideración de la biodiversidad desde un punto de vista global y con el objetivo de desarrollar normas de aplicación a cualquier tipo de entidad, independientemente de su actividad, naturaleza (privada o pública) o tamaño. Su alcance incluye el desarrollo de principios, requisitos, orientaciones y herramientas de apoyo en este ámbito y se estructura en los siguientes grupos:
Los debates en el seno del comité apuntan al desarrollo de normas en ámbitos muy distintos. La consideración estratégica de la biodiversidad en la actividad de una organización, la evaluación de la biodiversidad ya sea como metodología general, en ecosistemas concretos (humedales, bosques, etc.) o en regiones definidas, su consideración en sectores concretos (alimentación, materias primas), la caracterización de productos de especies nativas o la restauración ecológica son algunos de los elementos que se barajan sobre los que iniciar el desarrollo de normas ISO.
Además de estos temas, el comité internacional tiene como prioridad en estos inicios la definición de un marco terminológico que sirva de base común para los desarrollos. Las iniciativas anteriores han de ordenarse y priorizarse; sin embargo, ya se han lanzado varias propuestas oficiales para el desarrollo de estándares sobre:
El comité de la ISO sobre biodiversidad tiene el objetivo de consensuar estándares internacionales en los ámbitos anteriores. Sin embargo, existen acuerdos y consensos también de ámbito internacional sobre aspectos relacionados que han constituido pasos importantes en la protección, restauración y uso sostenible de la biodiversidad (Convenio internacional sobre la Diversidad Biológica, Protocolo de Nagoya, Convenio RAMSAR, etc.). Estos acuerdos han sido referenciados recurrentemente en las reuniones del comité ISO y de sus grupos de trabajo y existe el compromiso de que los estándares internacionales que se desarrollen han de complementar y ser compatibles con estos convenios y protocolos existentes.
Las normas del Comité UNE de Biodiversidad contribuyen al cumplimiento de los siguientes ODS de la ONU
En España numerosas entidades han apoyado la creación de un comité de normalización nacional que permita una adecuada participación de las entidades españolas en estas normas internacionales. Con este objetivo se ha puesto en marcha el Comité UNE de Biodiversidad (CTN 328) como vía para trasladar la realidad nacional a las normas ISO, permitiendo que las buenas prácticas desarrolladas en nuestro país tengan cabida en los estándares internacionales y actuando como canal para conocer de primera mano el progreso de estos desarrollos.
Siendo un ámbito horizontal, el comité está integrado por entidades de diferente ámbito: asociaciones sectoriales, entidades que proporcionan servicios relacionados con la biodiversidad, ONG, organizaciones cuya actividad puede tener un impacto significativo en la biodiversidad, organismos de investigación, etc. Estos son algunos de los perfiles de las 27 entidades que participan actualmente en el CTN 328 a través de sus más de 50 profesionales. La actividad del comité en los trabajos de ISO es notable, con la participación de varios de sus miembros en los grupos de trabajo internacionales que desarrollarán los primeros borradores de normas y con la destacada coordinación española de uno de los cuatro grupos existentes.
Nos encontramos en un estado de emergencia planetaria: la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas se están acelerando a un ritmo sin precedentes, amenazando la prosperidad, el bienestar y la salud humana. Es preciso actuar de forma urgente y decidida.
Actualmente se está negociando un nuevo marco global sobre biodiversidad para la próxima década, en el seno del Convenio sobre la Diversidad Biológica, en cuyo contexto España defiende objetivos y metas ambiciosos para revertir la pérdida de la biodiversidad en 2030. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico mantiene un firme compromiso con este objetivo. En el ámbito estratégico, se está trabajando en el nuevo Plan Estratégico del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, que se adoptará este año, y en el nuevo Plan Estratégico Español de Humedales para 2030.
El Ministerio está trabajando por la protección y gestión efectiva, antes de 2030, del 30 % de nuestra superficie terrestre y marina, especialmente reforzando la capacidad de gestión directa de la biodiversidad marina. Seguimos avanzando también en la elaboración de estrategias de conservación para especies amenazadas y reforzando la lucha contra las especies exóticas invasoras mediante nuevas estrategias de prevención, control y posible erradicación. Asimismo, está impulsando decididamente la restauración ecológica a través del Mecanismo de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y la aplicación de la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas.
Para reforzar la base de conocimiento, y orientar estas y otras acciones para la biodiversidad, se está consolidando un sistema de mejora de conocimiento de la biodiversidad y un nuevo Sistema Integrado de Información de la Biodiversidad. Un reto de este calado debe abordarse mediante acciones concertadas, con la participación de todos los sectores y actores de la sociedad. Iniciativas como la propuesta para la normalización de cuestiones de biodiversidad pueden ser una herramienta fundamental para ello.
A la hora de poner el foco en las prioridades que marcan y marcarán las agendas empresariales y políticas en materia de sostenibilidad de los próximos años, la biodiversidad se sitúa como uno de los aspectos con mayor presencia en el orden del día de empresas y organizaciones comprometidas con la transición ecológica la recuperación verde.
Afortunadamente, la lucha contra el cambio climático está en el foco de la mayoría de las entidades. Aunque queda camino por recorrer, parece que los pilares están firmemente cimentados y pocas son las organizaciones que no cuentan con una estrategia, métricas y planes de acción claros para abordar el reto climático. Sin embargo, aunque la biodiversidad es básica para nuestro sustento como sociedad a pesar de su relación de interdependencia con el cambio climático, no ha conseguido aún ocupar la posición destacada que le corresponde.
Para allanar el camino al tejido empresarial y facilitar la integración de los aspectos relacionados con la biodiversidad en su gestión, a mediados de 2021 UNE puso en marcha el primer órgano de normalización en el ámbito de la biodiversidad: el CTN 328. Desde entonces, sus más de 40 miembros trabajamos junto a otros comités internacionales en la definición de normas que den respuesta a asuntos críticos, como el desarrollo de metodologías para la evaluación, medición y valoración de la biodiversidad; consideración sistemática de los aspectos relacionados con la diversidad biológica; análisis de impactos; establecimiento de planes de acción, o determinación de la ganancia neta de biodiversidad.
El desafío que tenemos por delante es exigente y, en mayor medida, estimulante y especialmente prometedor para nuestro planeta. Poco a poco vamos sentando las bases de estándares que permitirán al sector empresarial —principal beneficiario de los numerosos servicios que aporta la biodiversidad y el que mayor impacto provoca en los ecosistemas— conocer con detalle cómo sus operaciones impactan y dependen de la biodiversidad, lo que resulta clave para apoyar decisiones alineadas con la capacidad de los sistemas naturales de regenerarse.
Desde estas líneas, animo a los lectores de la Revista UNE interesados en facilitar un cambio positivo en sus respectivas entidades a seguir de cerca la actividad del CTN 328, que actualizaremos con regularidad en estas páginas y resto de canales de comunicación de UNE.