CTN-UNE 80 Comité UNE de Cementos y cales

El Comité UNE de Cementos y cales (CTN-UNE 80) se encarga de la elaboración de normas nacionales y de la adopción de normas europeas en este ámbito. Constituido en 1987, actualmente dispone de un catálogo de 56 documentos normativos de los cuales más de 25 son normas nacionales de especificación y ensayo, lo que da idea de la especial relevancia de la actividad nacional en este comité.

En el CTN-UNE 80 participan un total de 25 entidades, incluyendo, entre otros, fabricantes, laboratorios de ensayo, organismos de evaluación, usuarios y Administraciones públicas. El comité desarrolla su trabajo con el apoyo de seis subcomités que cubren todos los aspectos de la normalización de cementos y cales: ensayos físicos y químicos, especificaciones, evaluación de la conformidad, cales y sostenibilidad. La Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (OFICEMEN) desempeña la secretaría del comité desde su creación.

El catálogo de normas españolas es muy amplio, especificándose desde cementos resistentes a los sulfatos o al agua de mar, cementos con cenizas de fondo, pasando por cementos blancos hasta la norma que describe un formato digital de prestaciones pionero en el sector de los materiales de construcción.

Es de extraordinaria importancia la cantidad de normas citadas en la legislación española, fundamentalmente en el Código Estructural y el Código Técnico de la Edificación, de manera que dichas normas se convierten en la referencia legislativa para los distintos usos, en particular los usos estructurales, especificados en dichos códigos.

En el ámbito internacional, el trabajo del comité se centra en el seguimiento de los trabajos a nivel europeo con una participación muy activa en las actividades del Comité Europeo CEN/TC 51. Actualmente, el comité tiene acreditados a ocho expertos que participan en los distintos grupos de trabajo europeos. Cabe mencionar que fruto de la estrecha colaboración con el comité europeo, la próxima reunión plenaria del comité y subcomités se celebrará en Granada el próximo mes de septiembre.

Este nuevo Reglamento supone un cambio importante de enfoque respecto a la situación actual, puesto que los productos de construcción ahora tendrán que comunicar sus prestaciones ambientales de la misma manera que lo hacían hasta ahora con sus prestaciones mecánicas y parámetros físicos y químicos. Para ello, se utilizarán herramientas digitales tales como el Pasaporte Digital de Producto.

El sector del cemento está participando en un proceso liderado por la Comisión Europea y con la coordinación del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, denominado CPR Acquis, que tiene como objetivo elaborar un Standardization Request, un mandato de normalización, que dará lugar a una nueva norma armonizada que recogerá tanto las necesidades de los países miembros en relación con sus normas nacionales u otras necesidades reglamentarias, así como las recientes normas europeas no armonizadas que están dando respuesta a la necesidad de descarbonización del sector.

Este proceso culminará en la redacción de una nueva norma armonizada mucho más amplia que la actual, ya bajo las exigencias del nuevo Reglamento de Productos de Construcción, que incluirá todos los requisitos esenciales conocidos hasta el momento (resistencias, tiempos de fraguado, contenido en cloruros, etc.) y las prestaciones ambientales (potencial de calentamiento global, o indicadores de consumo de recursos), que servirán para prescribir el cemento óptimo para un proyecto con esta perspectiva: técnica, ambiental y de seguridad.

La norma armonizada que surja como resultado de este proceso definirá nuevos tipos de cementos con huellas de carbono menores en, aproximadamente, un 35 % en algunos de los cementos conocidos actualmente, garantizando las mismas prestaciones mecánicas y durabilidad y aumentando su disponibilidad geográfica futura.

La elección del tipo de cemento es la variable fundamental para la descarbonización de hormigones, morteros y, en general, de los materiales base cemento. La disponibilidad de esta nueva norma armonizada, en la que se vean reflejadas las normas españolas de cemento mencionadas anteriormente y las normas europeas no armonizadas que definen esta nueva generación de cementos con una huella de carbono menor, va a suponer un hito esencial para conseguir dos objetivos:

• El primero, disminuir las emisiones embebidas de los futuros activos construidos, en línea con lo que se exigirá en el nuevo Documento Básico de Sostenibilidad en desarrollo actualmente en el Código Técnico.

• El segundo, conseguir que este proceso CPR Aquis responda a nuestras necesidades de armonización y que la reglamentación española, entre otros, CodEs, RC-16, PG3, Código Técnico y Real Decreto de Homologación, sea lo suficientemente ágil para incorporar en su seno estas nuevas normas y posibilitar la transición ecológica y digital del cemento y los materiales base cemento. Se trata de un factor clave a su vez en la transición de la industria de la construcción en su conjunto.

El cemento es un conglomerante formado a partir de la molienda conjunta de clínker, que se obtiene mediante la calcinación de una mezcla de caliza y marga, con yeso, el cual actúa como regulador del fraguado y, a veces, con diferentes adiciones minerales. Este producto tiene un aspecto de polvo fino que tiene la propiedad de fraguar y endurecer cuando se amasa con agua. El cemento es la segunda sustancia más utilizada, después del agua, ya que las ventajas de sus productos derivados (morteros y hormigón) lo hacen irremplazable: bajo coste económico, gran versatilidad en diversas aplicaciones, elevada resistencia mecánica, buena durabilidad y mantenimiento reducido.

Por lo que respecta a la pregunta de cómo será el cemento en los próximos años, hay que considerar el contexto actual de la mitigación y adaptación del cambio climático, la economía circular y la eficiencia energética, entre otros aspectos. En este sentido, la industria cementera europea ha anunciado su intención de contribuir al Pacto Verde europeo trabajando por la neutralidad climática a lo largo de toda la cadena de valor del cemento y del hormigón (enfoque de las 5Cs: clínker, cemento, hormigón, construcción, carbonatación). Estas fases necesitan un soporte normativo adecuado para la fabricación de cementos con un bajo factor clínker, estimación de la absorción del dióxido de carbono por la carbonatación del hormigón, etc.

En conclusión, el cemento de los próximos años deberá ofrecer las máximas garantías de seguridad, calidad, eficiencia y responder a las expectativas más rigurosas. Por tanto, las normas juegan un destacado papel en la consecución de estos objetivos.