La Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal, CONFEMETAL, agrupa a 74 asociaciones que representan a cerca de 220.000 empresas, que emplean a más de un millón y medio de trabajadores y 320.000 autónomos. Su estructura territorial cubre la práctica totalidad de las provincias españolas y representa aproximadamente el 95 % de la actividad y el empleo sectoriales.
Fue en el sector Metalúrgico donde surgió el primer impulso de la normalización en España. Era el primer sector exportador, abierto a la competencia en todo el mundo y con necesidad de acreditar su calidad y seguridad para ser más competitivo.
Hoy en CONFEMETAL se agrupan los sectores de la Industria y la Tecnología con más capacidad exportadora; y la normalización sigue siendo factor clave en la calidad y la seguridad de sus productos para asegurar su competitividad y su productividad.
Las de calidad y seguridad a las que me refería, obviamente. Pero van teniendo una importancia creciente también las que atañen a la sostenibilidad energética y medioambiental, la digitalización, la economía circular…, que cada vez son más relevantes a la hora de mantener y ganar mercados internacionales y contribuyen decisivamente a consolidar el prestigio de un sector y reforzar la marca España.
El balance es más que positivo. La homologación y la evaluación de la conformidad de procesos y productos son imprescindibles, factores clave para el desarrollo económico español. Aseguran la competitividad exterior e interior de nuestros productos y servicios sobre la base de reforzar los atributos que les hacen distinguirse.
Hoy ya no es posible competir con éxito en los mercados globales sin acreditar la calidad de los productos y los servicios y de los procesos con los que se desarrollan. Quedar al margen de la normalización es quedarse al margen de los mercados más exigentes, que son también los que más posibilidades de desarrollo ofrecen a las empresas.
Pero el papel de UNE va más allá de la propia actividad de las empresas y de la competitividad económica, y se extiende al conjunto de la sociedad que se beneficia de la normalización en términos de calidad de vida y nivel de bienestar.
La sostenibilidad y la economía circular, y la digitalización y las nuevas tecnologías son los grandes retos que se platean a las sociedades y por lo tanto a las empresas. En esas líneas debe reforzarse la presencia de UNE. Y en paralelo, en el ámbito internacional, para defender la posición y los planteamientos de sectores de actividad y empresas españolas.
El futuro va a exigir de las empresas estar en línea con esos grandes ejes de desarrollo social, cuya correcta implementación y su adecuada y realista regulación van a ser los grandes retos y la gran oportunidad de los próximos años.