Las normas UNE tendrán un relevante papel de apoyo a la nueva Ley de Industria y Autonomía Estratégica. La propia Ley se refiere a la normalización como una actividad relevante para alcanzar el cambio de modelo productivo, tanto en ámbitos más tradicionales donde ya existen normas, como en los más novedosos.
Isabel Linares
Responsable de Negocio Industria y Equipamiento
UNE
La industria de un país constituye un pilar fundamental de su tejido económico, no solo por su contribución directa a la producción y el empleo de calidad nacionales, sino también por sus beneficios sobre la economía, la innovación y la sociedad en su conjunto.
En este marco, el Gobierno de España ha impulsado la nueva Ley de Industria y Autonomía Estratégica, que sustituirá a la actual que data del año 1992. El futuro texto legal, que atraviesa su fase parlamentaria, promueve un cambio y modernización del modelo productivo.
Nueva Ley
El anteproyecto de ley señala que en un contexto de cambios geopolíticos, tecnológicos y medioambientales, la Unión Europea así como España, durante su presidencia del Consejo de la Unión Europea del segundo semestre de 2023, identificaron como prioridad estratégica la necesidad de reindustrializar Europa y garantizar su mayor autonomía estratégica, con el fin de revertir los procesos de desindustrialización y deslocalización, atraer nuevas empresas y empleos al territorio europeo, generando riqueza y reduciendo vulnerabilidades externas.
Esto abre nuevas oportunidades para la modernización de la economía española, la atracción de inversiones asociadas a la reindustrialización y para la generación de nuevos empleos de calidad. Para ello, se hace necesario aumentar de forma masiva la innovación y el desarrollo tecnológico de las tecnologías limpias, la descarbonización de los procesos y la fabricación de productos con cero emisiones netas durante las próximas décadas.
La normalización tendrá un papel fundamental, tal como señala el texto: “Este cambio de modelo productivo requiere además de una función relevante en el ámbito de esta ley, que es la normalización, coherente con la escala europea, de los nuevos procedimientos, tecnologías y productos industriales que el sector industrial genera, dando seguridad jurídica a las empresas y los consumidores”.
Ejemplos de normas que apoyan la industria española

Se establecen medidas de apoyo para proteger la competitividad y sostenibilidad de la industria:
- La Declaración de Proyectos Industriales Estratégicos que faciliten la implementación de medidas de sostenibilidad y simplificación administrativa.
- La Certificación de impacto para fomentar inversiones empresariales que mejoren el impacto económico, social y medioambiental de las empresas industriales.
- La Protección para la industria intensiva en energía, promoviendo la descarbonización de los procesos industriales y el uso de energías renovables (Descarbonización).
- El impulso hacia una Economía Circular, fomentando la reutilización y reciclaje de materiales.
- Las medidas de sostenibilidad ambiental, incluyendo la protección medioambiental y la adaptación de la formación profesional para apoyar estos objetivos. Se promueve la mejora de la productividad, la autonomía estratégica y la sostenibilidad, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (Sostenibilidad Ambiental).
“Este cambio de modelo productivo requiere además de una función relevante en el ámbito de esta ley, que es la normalización”, señala el anteproyecto de ley
La infraestructura de la calidad española
La futura ley confiere un papel relevante a la Infraestructura Nacional de Seguridad y Calidad Industrial. En España la infraestructura de la calidad tiene como pilares básicos tres actividades: la normalización (UNE); la metrología (Centro Español de Metrología -CEM-), y la acreditación (Entidad Nacional de Acreditación -ENAC-). A esto se suman las actividades realizadas por los evaluadores de la conformidad. En este sentido, la nueva ley establece un ecosistema de organizaciones públicas y privadas que, junto con el marco legal y reglamentario, implementan actividades de normalización, acreditación, metrología y evaluación de la conformidad, para incrementar la calidad y seguridad de bienes y servicios, así como la protección de las personas y el medio ambiente.
Principales aspectos de la Ley de Industria y Autonomía Estratégica
- Reindustrialización y Autonomía Estratégica
Esta nueva Ley pretende frenar la deslocalización, atrayendo inversiones y reduciendo las vulnerabilidades externas. - Transformación Digital y Sostenibilidad Ambiental
Se establecen los objetivos y los principios por los que se regirán las actividades industriales, como la resiliencia y autonomía estratégica, la descarbonización, la circularidad y la digitalización. - Apoyo institucional a la Competitividad y Sostenibilidad
Se promueven medidas, tanto del Estado como de las CC. AA, para fomentar la innovación, digitalización, protección medioambiental y formación profesional. - Reservas estratégicas para tiempos de crisis
Se define la Reserva Estratégica basada en las Capacidades Nacionales de Producción Industrial para permitir hacer frente a futuras crisis de suministro que puedan producirse, salvaguardando para ello la base industrial que los produce. - Impulso de los Ecosistemas Industriales Estratégicos y los PERTE
Posibilidad de recibir ayudas públicas y las medidas de simplificación administrativa, siendo posible reconocer nuevos proyectos más allá de la vigencia del PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica). - Estructuras de Gobernanza
Se crean nuevas estructuras de gobernanza como la Estrategia Española de Industria y Autonomía Estratégica, el Consejo Estatal de Política Industrial, la Conferencia Sectorial de Industria y Pyme, y el Foro de Alto Nivel de la Industria Española. - Infraestructura de la Seguridad y Calidad Industrial
Se refuerzan los mecanismos de seguridad y calidad industrial, incluyendo la normalización, acreditación, metrología y evaluación de la conformidad, para garantizar la calidad y seguridad de bienes y servicios. UNE, CEM y ENAC constituyen los tres pilares básicos de dicha infraestructura de la calidad.
El papel de la normalización
Además, la nueva ley de Industria y Autonomía Estratégica aborda de manera explícita la normalización como una actividad relevante para afrontar los desafíos emergentes, y hace referencia a ella en diferentes apartados.
La nueva ley reconoce el importante papel de la normalización para la mejora de la competitividad de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas (Pymes), porque la normalización facilita la libre circulación de bienes y servicios, la interoperabilidad de redes, el desarrollo tecnológico y la innovación. Reconoce igualmente su importancia en la competitividad global de la industria europea y en el funcionamiento del mercado interior.
Además, esta nueva ley se alinea con el Reglamento (UE) n.º 1025/2012 sobre la normalización europea, que destaca la importancia de las normas técnicas adoptadas por organismos de normalización reconocidos para afrontar desafíos como el cambio climático, la innovación y el uso sostenible de recursos.
Hace más de 100 años, la normalización nació vinculada a los sectores industriales y hoy, el catálogo de normas en español, gestionado por UNE, sigue siendo mayoritariamente industrial, con un peso del 81 %. El sector industrial tiene el gran reto de seguir ganando competitividad dentro y fuera de nuestras fronteras. En este contexto, un aliado estratégico que va a jugar un papel relevante va a ser la normalización porque a través del cumplimiento de las normas técnicas las empresas mejorarán su competitividad y productividad, facilitando así la comercialización de sus productos en mercados globales.
La normalización en la industria contribuye al cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas
Existen numerosas normas UNE elaboradas en los más de 200 Comités Técnicos de Normalización, que permitirán a las industrias avanzar en su cambio de modelo productivo, en ámbitos más tradicionales y vinculados con la calidad y seguridad industrial, la unidad de mercado y las inspecciones reglamentarias. Además, las normas facilitarán alcanzar el nuevo modelo productivo en temas más novedosos como ciberseguridad, criterios ESG (ambiental, social y de buen gobierno) o los relacionados con la transición ecológica y energética.
La relación entre normas y reglamentación es un modelo de éxito de colaboración público-privada, clave para el mercado único. De las 37.325 normas del catálogo de UNE, 5.800 están citadas en la legislación española, que apoyan el despliegue eficaz de las políticas públicas y facilitan el desarrollo de la legislación. Asimismo, la referencia a las normas técnicas en los pliegos de contratación pública garantiza el acceso en condiciones de igualdad e impulsan la competencia leal de las empresas en los mercados.
Opinión
Normalización, una herramienta relevante en la Ley de Industria
Jordi García Brustenga
Director general de Estrategia Industrial y de la Pyme
Ministerio de Industria y Turismo
Reindustrializar España y garantizar su autonomía estratégica es un desafío mayúsculo que requiere del concurso de muchas partes. En este empeño, la normalización es una herramienta con una función relevante, especialmente en cambios de modelo productivo como el actual, tal como reconoce la futura Ley de Industria y Autonomía Estratégica.
Las normas técnicas indican cómo debe ser un producto o cómo debe gestionarse un proceso o un procedimiento industrial para que sea seguro, sostenible y competitivo; aportando seguridad jurídica a las empresas e incrementando la protección de los consumidores.
Desde hace décadas, la normalización es un aliado estratégico de las Administraciones para el despliegue eficaz de las políticas públicas y el desarrollo de la reglamentación, tanto a nivel nacional como en Europa, sobre la base de un modelo de éxito de colaboración público-privada.
Por ello, tanto el Organismo español de normalización, como las normas que en su seno se desarrollan, tienen una destacada contribución en el despliegue de la Ley de Industria, en ámbitos de gran relevancia, aunque más tradicionales como la calidad y seguridad industrial, la inspección reglamentaria, la unidad de mercado o la competitividad, como en otros más novedosos como la ciberseguridad, el hidrógeno o las renovables, y especialmente para el despliegue de la autonomía estratégica. Precisamente la normalización (UNE), la metrología (CEM) y la acreditación (ENAC) conforman los tres pilares básicos de la infraestructura de la calidad española.
En definitiva, la relación entre normas y legislación constituye una colaboración público-privada de éxito, clave para el mercado único y la difusión de la cultura industrial. Por ello, desde el Ministerio de Industria y Turismo seguiremos apoyando la estrecha colaboración entre legislación y normalización.