Se acaba de constituir el Grupo de Trabajo UNE de Lenguaje claro para trasladar las necesidades españolas a los estándares internacionales que se están desarrollando en ISO. Sin embargo, su mayor reto será establecer normas nacionales UNE que las completen, adaptando sus contenidos a las particularidades del idioma español.
El lenguaje nos permite manifestar ideas, conocimientos y cultura, emociones y sentimientos. Gracias al lenguaje expresamos valores y tradiciones, también modas, y nos sitúa en un proceso constante de cambio y adaptación a cada momento. Cada realidad, nueva o no tanto, se apoya en un lenguaje que tiende a la especialización, a incorporar nuevas palabras, expresiones y estructuras más o menos alambicadas. Hoy resulta ineludible considerar el impacto de las redes sociales y la inteligencia artificial.
Un texto debería permitir al lector al que va dirigido comprender el mensaje que contiene. Pero esto no siempre es así y, en numerosas ocasiones, nos enfrentamos a textos que, pese a ser leídos repetidas veces, no ofrecen un contenido comprensible.
Las razones que dificultan la comprensión de un texto pueden ser muy diversas. Por ejemplo, que el redactor del mismo no haya comprendido las necesidades o el perfil de los lectores a los que quiere dirigirse, emplee lenguaje o estructuras complejas, abuse de tecnicismos o incluso busque la falta de transparencia de manera intencionada.
El uso de un lenguaje claro puede evitar este tipo de situaciones y lograr una comunicación eficaz. En este artículo entenderemos el lenguaje claro como el que se emplea para dirigirse a una audiencia concreta permitiendo que esta pueda encontrar la información que necesita, comprenderla y usarla. El lenguaje claro se convierte, por tanto, en una herramienta muy poderosa para el público general. No debe confundirse con la lectura fácil, que está destinada a personas con dificultades de comprensión lectora.
Consciente de la importancia de dotar al mercado de un estándar sobre principios y directrices para un lenguaje claro, la Organización Internacional de Normalización (ISO) comenzó a trabajar en este ámbito en 2019.
Durante varios años trabajó en el desarrollo de una norma de principios y directrices publicada en 2023, la ISO 24495-1 Plain Language Part 1: Governing principles and guidelines, que ha sido adoptada en España como Norma UNE-ISO 24495-1:2024 Lenguaje claro. Parte 1: Principios rectores y directrices. Se configura así como la primera parte de una serie de futuras normas.
Según la Norma ISO 24495-1, podemos decir que un documento usa lenguaje claro cuando la redacción, la estructura y el diseño del mismo sean tan sencillos que los lectores a los que va dirigido puedan fácilmente:
Además de establecer los principios para considerar que un documento usa lenguaje claro, la Norma ISO 24495-1 establece las directrices para la implementación de esos principios.
El estándar sirve de ayuda a los autores de documentos de todo tipo y es aplicable a la mayoría de lenguas escritas. Considera documento al conjunto de información impresa o digital, principalmente en forma de texto, pero se centra particularmente en aquellos que van destinados al público en general. Da prioridad a los lectores, centrándose en la capacidad de estos para leer el documento, más que en medidas mecánicas como las fórmulas de legibilidad.
Los trabajos de ISO en lenguaje claro se extienden ahora a tres nuevos proyectos:
La Norma UNE-ISO 24495-1 sirve de ayuda a los autores de documentos de todo tipo y es aplicable a la mayoría de lenguas escritas. Considera documento al conjunto de información impresa o digital, principalmente en forma de texto, centrándose en los destinados al público en general
En este contexto, también la normalización nacional se ha puesto en marcha en el ámbito del lenguaje claro. En noviembre de 2024 quedó constituido el Grupo de Trabajo 1 Lenguaje claro dentro del Comité UNE de Terminología (CTN-UNE 191).
Presidido por Julio Carlos Fuentes y con secretaría de UNE, el Grupo está compuesto por expertos en lenguaje claro, lingüística, terminología, accesibilidad, traducción, corrección, accesibilidad y por representantes de empresas, consumidores y Administraciones públicas.
El Grupo trabajará para influir en los contenidos de los proyectos que está desarrollando ISO, defendiendo el posicionamiento español en los mismos. Sin embargo, el mayor reto que tiene por delante es el de establecer normas nacionales que puedan complementar las normas internacionales, adaptando sus contenidos a las particularidades del idioma español.
Una vez publicadas, las normas UNE serán un instrumento clave para que se extienda el movimiento del lenguaje claro. Con su extensión, también crecerán la eficacia y la transparencia de las organizaciones y el empoderamiento de la ciudadanía.
Los trabajos de normalización del Grupo de Trabajo UNE de Lenguaje claro contribuyen a cumplir con los ODS
Escribir en lenguaje claro puede reportar importantes beneficios a diferentes agentes. Entre otros:
El lenguaje claro es un movimiento que va cobrando importancia en España y a nivel mundial. Organizaciones internacionales del lenguaje claro como Plain o Clarity instan a los gobiernos de todo el mundo a adoptar el lenguaje claro como una política fundamental para mejorar las relaciones entre las instituciones y la ciudadanía.
Varios países vienen implementado leyes o políticas que obligan al uso del lenguaje claro, especialmente en los sectores público y privado, promoviendo transparencia y eficiencia administrativa. Es el caso de Australia, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Suecia, por citar algunos de ellos.
También la fuerza del lenguaje claro va llegando a España, donde van surgiendo iniciativas que promueven su uso. Algunos ejemplos:
El lenguaje nos permite manifestar ideas, conocimientos y cultura, emociones y sentimientos. Gracias al lenguaje expresamos valores y tradiciones, también modas, y nos sitúa en un proceso constante de cambio y adaptación a cada momento. Cada realidad, nueva o no tanto, se apoya en un lenguaje que tiende a la especialización, a incorporar nuevas palabras, expresiones y estructuras más o menos alambicadas. Hoy resulta ineludible considerar el impacto de las redes sociales y la inteligencia artificial.
En este contexto, ha de destacarse la conveniencia de retomar la preocupación, surgida hace ya algunos años, por la claridad en el lenguaje y la comunicación. Precisamente, esto es lo que ha hecho UNE con la puesta en marcha de un nuevo órgano de normalización dedicado a ello. La tarea que tenemos por delante nos alinea con los trabajos que se desarrollan en la Organización Internacional de Normalización (ISO). Al mismo tiempo, nos ofrece la oportunidad de adaptar esos textos internacionales a las normas y peculiaridades de nuestra lengua, tan bien definidas por la Real Academia de España (RAE).
Emprendemos así el propósito de ayudar a una comunicación clara en los distintos ámbitos y sectores que hoy conforman nuestra vida como ciudadanos. Un trabajo que parte del respeto a un idioma como el español, con siglos de historia, cuyas reglas se han de conocer y respetar, y que busca proporcionar pulcritud y precisión a la comunicación.