"Mi nombramiento en ISO supone una gran oportunidad para que nuestro tejido económico y empresarial lidere las normas globales"

Supone un inmenso honor a la vez que un enorme desafío y una gran responsabilidad. El hecho de que los miembros de la Organización Internacional de Normalización (ISO) me hayan elegido para liderar la vicepresidencia de Gestión Técnica refleja la extraordinaria reputación que goza la normalización española, que procede del gran trabajo que se hace en esta casa gracias a la ayuda de nuestros miembros y trabajadores. Quiero agradecerles a ellos que este nombramiento se haya hecho realidad, así como el apoyo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

Sin duda, mi nombramiento en ISO supone una muestra de la influencia y la extraordinaria reputación de la normalización española en el mundo y es una gran oportunidad para que nuestro tejido económico y empresarial lidere las normas globales que darán repuesta eficaz a sus grandes desafíos, impulsando el comercio internacional y la seguridad de los productos.

Además, representa una ocasión extraordinaria para realizar nuestro propósito. Somos una organización global de beneficio común cuyo propósito es crear un mundo más seguro y competitivo. Esto potencia nuestra capacidad de aportar valor en un entorno internacional.

En definitiva, esto nos anima a trabajar más duramente, ya que muestra la buena imagen de UNE en todo el mundo. Para nosotros, un éxito compartido es ayudar a los demás para que tengan lo que necesiten para alcanzar sus desafíos, es decir, aportar las herramientas necesarias para facilitar que la sociedad en su conjunto avance.

En el ámbito de los órganos técnicos, UNE tiene una amplia presencia en ISO. El 90% de sus comités y subcomités de normalización cuentan con representación de expertos españoles, un dato bastante elocuente de la extraordinaria salud de la que goza la normalización española.

Mi trabajo se centrará principalmente en asegurar que las nuevas normas técnicas internacionales estén alineadas con la estrategia que ha trazado ISO para 2030. De esta manera, seré el responsable de que concuerden e impulsen el plan para la próxima década, enfocado a dar respuesta eficaz a los grandes temas que preocupan a la sociedad, como la transición ecológica y energética, la transformación digital o el cumplimiento de los ODS.

La estrategia de ISO 2030 tiene tres objetivos: conseguir un mayor uso de normas ISO en todo el mundo, satisfacer las necesidades globales y que se escuchen todas las voces. Para conseguirlos, nos centraremos en dar a conocer y demostrar los beneficios que tienen en todos los ámbitos, tanto económico como social.

El segundo objetivo busca satisfacer las necesidades globales. Por ejemplo, dando respuesta a los grandes retos de la sociedad, en ámbitos como la transición ecológica, la transformación digital, el buen gobierno corporativo o la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El tercer objetivo pasa por que se escuchen todas las voces. Como hemos comentado, en ISO existe una gran diversidad de miembros, procedentes de los organismos de normalización de 166 países y, por tanto, con diversos conocimientos, puntos de vista y necesidades. Esto significa que podemos aprovechar toda esta amalgama de ideas para generar enfoques únicos que combinen la experiencia de diversas regiones en una norma única que guíe a las empresas para afrontar sus retos.

Desde UNE somos líderes en normalización. Tenemos una tradición de creación de estándares que han ayudado a la sociedad a superar sus grandes desafíos en cada momento histórico. Esto es porque estamos imbricados en sus diferentes estratos. Nuestro enfoque multi-stakeholder nos obliga a entender de forma constante la intersección de sus intereses para integrar y reforzarlos mutuamente. Así pues, unimos los mercados, la administración y la calle fortaleciendo la integración de todas las partes.

Esto es lo que marca ese progreso compartido que impulsamos. Nuestro objetivo no solo es buscar un bien común, sino impulsar al conjunto de las entidades y personas a que avancen de la mano en un camino que nos incumbe a todos.

En este sentido, desde UNE hemos comprendido desde hace tiempo que hemos entrado en una era en la que el entendimiento es más relevante que nunca. Esto se ve en todas las áreas de la sociedad, que pide más diálogo. Sea en foros empresariales, de trabajadores, económicos o incluso políticos. La gente demanda esa colaboración. En UNE esto forma parte de nuestro ADN y ha sido lo que siempre nos ha caracterizado; desde nuestro nacimiento.

UNE es el miembro español de ISO, constituido por los organismos de normalización de 166 países. UNE forma parte del Consejo de Administración de ISO, en el que están presentes 20 países.

En el ámbito de los órganos técnicos, UNE tiene una amplia presencia en ISO. El 90 % de sus comités y subcomités de normalización cuentan con representación de expertos españoles.

Estar en ISO supone influir en las decisiones sobre el diseño y prestaciones de futuros productos y servicios, marcar las directrices estratégicas que definen los nuevos mercados internacionales en auge, las mejores prácticas de gestión empresarial, etc.

España es un referente internacional en normalización y cada vez más normas españolas son la base para elaborar estándares de alcance europeo o mundial.

De hecho, tenemos un posicionamiento activo en ámbitos transversales como sostenibilidad, digitalización, ciberseguridad y compliance, y lideramos sectores verticales como seguridad industrial, energías renovables y turismo.

Además, los expertos españoles desempeñan cada vez más responsabilidades internacionales y europeas, sumando actualmente 144, tras incrementarse en 17 nuevas durante el último ejercicio.

Las empresas y sectores españoles están cada vez más concienciados de la visión estratégica de la normalización.

Es necesario que el tejido empresarial español participe activamente en esta labor para mejorar nuestro posicionamiento internacional. Nos encontramos en un momento clave en el que la competitividad a nivel global es, a pesar de la pandemia, muy alta. La globalización es un fenómeno imparable. Si España quiere tener una influencia destacable, siendo pionera en materia de innovación, debe apoyarse en la actividad de normalización con una base sólida que sirva como hoja de ruta para el resto de países.

Este ambicioso Plan, aprobado por sus miembros y Administraciones Públicas integrantes en sus órganos de Gobierno, se basa en tres objetivos estratégicos: aportar soluciones a los retos a los que se enfrenta la sociedad, llevar a cabo la transformación digital de la entidad y ser reconocida como una organización ejemplar en la sociedad y el tejido económico español.

Según el último informe de ISO, España se encuentra entre los primeros países en la adopción de normas técnicas en áreas como la calidad, medio ambiente, gobernanza y antisoborno o gestión de salud y seguridad en el trabajo. En este sentido queda claro el éxito de UNE y, sobre todo, el aprecio que las organizaciones españolas tienen por las normas técnicas y que comprenden el valor añadido que supone seguirlas para mejorar sus procesos de negocio y la sociedad en su conjunto.

La normalización será un pilar básico para la recuperación económica, además de servir de base para el reparto de los fondos europeos “Next Generation EU”, que se traducen en 140.000 millones de euros a disposición de las organizaciones españolas en los próximos años. Así se pone de manifiesto en un reciente estudio que hemos publicado.

No en vano en España la normalización genera el 1% del PIB nacional, un porcentaje similar al de nuestros vecinos europeos. Si nos centramos en la perspectiva de la empresa, ayudan a generar hasta el 5% de sus ingresos por ventas anuales en aquellas organizaciones que las aplican, mientras que reducen un 7% los costes empresariales.

Los estándares establecen las calidades aceptables de los servicios y bienes que llegan a los consumidores en el mercado, fijando el camino que tienen que seguir las empresas a la hora de fabricar los productos para que sean seguros para los usuarios. Además, facilitan el comercio internacional y la competitividad de las empresas, fomentando el desarrollo de las buenas prácticas en la gestión empresarial y la seguridad de los productos. En definitiva, las normas ayudan a las compañías a ser mejores y más competitivas.

En primer lugar, seguir aplicando la Estrategia 2025 con la que nos comprometimos este año, siendo muy sensibles con los grandes retos que afronta el país. Por otro lado, orientar a los sectores y convertirse en su aliado estratégico para conseguir una mayor participación en aquellos proyectos motivados por los Fondos de Recuperación de la UE. Este año será clave para la obtención de ayudas y, en muchos casos, las pymes españolas no disponen de las herramientas ni de los recursos necesarios para analizar contenidos muy específicos de su sector. Además, queremos seguir concienciando a la sociedad del papel de la normalización y de cómo las normas, a pesar de su carácter técnico, tienen un impacto enorme en el día a día de las personas. Sin normas no podemos avanzar, ni entendernos entre nosotros. Son fundamentales para poder progresar juntos.

Los miembros son el motor y el pilar del sistema español normalización. Estas entidades líderes, de sectores muy diversos, han apostado por UNE como lugar desde el que contribuir a la competitividad de las empresas y al progreso de la sociedad. Ser miembro del organismo español de estandarización supone pertenecer a una red de contactos multisectorial e internacional, un caso modélico de colaboración público-privada.

Entre los miembros, se encuentran más de 150 asociaciones sectoriales de ámbito nacional, así como grandes empresas, pymes, universidades, colegios, centros de investigación, Administraciones Públicas y miembros a título individual. UNE está formada por más de 500 miembros, la práctica totalidad del tejido productivo español.

La membresía de UNE distingue a organizaciones con una visión estratégica superior de su aportación de valor a su sector y al conjunto de la economía española.