"Las normas dan garantía de competencia justa y equilibrada, sobre todo en las licitaciones públicas"

Desde AMI hemos procedido a impulsar la normalización en los servicios energéticos. Mediante la misma se consigue dar seguridad y confianza al mercado, ofreciendo asimismo normas de calidad tanto de los actores como de las herramientas que se utilizan. La legislación reguladora de los servicios energéticos es muy laxa y por ello se hace necesario disponer de una normalización del sector que acredite las realidades de las actuaciones, estableciendo asimismo distintos niveles y categorías, aportando claridad y confianza.

Las Administraciones públicas agradecen disponer de normas a las que referirse en sus licitaciones.

En nuestra actividad las que atañen a la eficiencia energética y a la sostenibilidad. En concreto la Norma UNE 216701 Clasificación de proveedores de servicios energéticos y la recientemente publicada UNE-EN 17669 Contratos de rendimiento energético. Requisitos mínimos. En ambas hemos tenido ocasión de participar activamente tanto en las normas españolas como en el diseño de la citada UNE-EN 17669 en el grupo de expertos internacionales.

Adicionalmente, la normalización de los productos utilizados en obtener eficiencia energética, la normalización en el origen de la energía y, sobre todo, en las directrices de licitación pública son de gran interés.

Sin duda muy positivo, la publicación de normas que primen la calidad y que ofrezcan una homologación de los actores que apuestan por ella se hace imprescindible y dan una garantía de competencia justa y equilibrada, sobre todo en las licitaciones del sector público.

Asimismo, la labor de divulgación de las normas es una actividad positiva y necesaria para su conocimiento; tanto el sector privado, como sobre todo el público, deben conocer la existencia y alcance de las normas, y la licitación pública simplificaría sus trámites con su uso más extendido.

Desde nuestro punto de vista, la Transición Ecológica va a marcar un cambio económico global y, por ello, va a ser la gran apuesta de las empresas en los próximos años. Pero dicha transición tiene que venir acompañada necesariamente de seguridad y certeza en los productos y servicios, que ofrezcan la tan necesaria garantía de calidad.

Dentro de dicha transición, la eficiencia energética, las energías renovables, las garantías de origen de energía, la soluciones basadas en la naturaleza (SBN), así como la economía circular, van a jugar un papel muy importante.

También el sector de los mayores y la dependencia, por una mera cuestión demográfica van a representar un campo de desarrollo en los próximos años.